

Las situaciones de desastres y emergencias tienen la posibilidad de presentarse en cualquier país y momento. Los efectos de los desastres sobre la salud física, emocional y mental pueden traer secuelas a corto, mediano y largo plazo. Entre estas, pueden exacerbar el estrés, la ansiedad e incrementar los signos de sufrimiento psicológico como la aflicción y el miedo. La mayoría de las reacciones deben entenderse como normales ante situaciones significativas o de gran impacto. Ciertamente, cómo lo enfrentará cada persona dependerá de la magnitud del evento, sus experiencias pasadas y sus necesidades.
De acuerdo con la presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico (APPR), doctora Patricia Landers Santiago, generalmente, existen dos razones principales por las que a las personas, cuando anuncian la temporada de huracanes, se les van a activar sus experiencias con huracanes recientes y anteriores.
“Una de las razones es que se activan las memorias pasadas y la carga emocional asociada a esos eventos previos. La segunda razón puede ser por lo desconocido, ese sentir de que no tengo el control, que no sé lo que puede pasar o que no sé cómo prepararme puede activar ese estrés elevado en algunas personas”, explicó.
A modo de ejemplo, Landers Santiago mencionó la experiencia vivida con el terremoto fuerte en enero 7 de 2020, porque en la isla se habían sentido temblores, pero no de esa magnitud, lo que despertó muchas emociones y temor a lo desconocido. La catedrática asociada del Programa Graduado de Educación en Psicología Escolar de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico destacó que, para enfrentar y manejar las emociones, primero hay que saber que las vamos a vivir.
“La meta no puede ser que no nos vamos a asustar, porque eso es una falacia. Las emociones son innatas; las vamos a sentir. Ante una situación o evento fisiológico y emocional yo voy a reaccionar, lo quiera o no. Tenemos que identificar las emociones y no confundirlas con acciones. El miedo y el coraje son normales, el estrés es esperado, pero aun con esas emociones las personas pueden actuar”, sostuvo la psicóloga.
¿Cómo podemos manejar el estrés y esas emociones? A continuación, las recomendaciones de la experta:
La presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico hizo un llamado a las personas para que, cuando identifiquen señales de que no están funcionando al 100 %, se sientan más vulnerables o agotadas que otras veces o tengan la necesidad de desahogarse, busquen ayuda. El mensaje es que sepan que hay opciones, pueden llamar a la línea PAS al 1-800-981-0023 o a la línea de crisis 9-8-8. En casos de crisis, pueden visitar una sala de emergencias y también están los Programas de Ayuda al Empleado (PAE).
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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