


Muchas invenciones cambian y transforman vidas. Todas nacen de la curiosidad y de la búsqueda de soluciones. Los adelantos que hoy disfrutamos en múltiples áreas del conocimiento son fruto de esa curiosidad humana que, al intentar comprender un problema, impulsa mejoras para toda la sociedad.
Por eso, la investigación es fundamental para el desarrollo económico y social de un país. Según Andreica Maldonado, directora del Programa de Subvenciones para Investigación del Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación, es en la investigación donde nace el “nuevo conocimiento”.
“Partiendo de esa curiosidad es que salen productos nuevos, medicamentos, soluciones, porque se investigó, porque había datos, porque alguien se fue a un laboratorio e hizo investigación y descubrió que estas cosas podían ayudar. Pienso que la investigación es la base de todo, porque todo se llevó a cabo por investigaciones”, expresó Maldonado.
De igual manera, para Noé E. Crespo Hernández, director asociado de Parallel18 —un programa de BioLeap del Fideicomiso enfocado en adiestrar y facilitar que los investigadores se conviertan en empresarios—, la investigación juega un rol determinante en la evolución de las sociedades.
“Con las investigaciones se estudia un problema, se crea un método estructurado para estudiarlo, se genera la data que nos permite entender el problema y la manera en que se puede solucionar; y así es que hemos desarrollado tecnología”, explicó Crespo
De hecho, el director asociado resaltó que “desde los 1800, venimos abriendo muchas cajas de pandora con nuevos descubrimientos y esa tecnología es la que nos ha permitido mejorar nuestra calidad de vida”.
Además de entender el impacto que tiene la carrera en investigación, es importante que los estudiantes desarrollen las destrezas necesarias para adentrarse en esta área.
“[El estudiante] tiene que enfocarse muchísimo en los soft skills (habilidades blandas); esas habilidades de adaptabilidad, de trabajar en equipo, ser curioso, coachable (entrenable), que pueda aprender porque, a veces, nos cuesta mucho que nos enseñen y tener esa apertura es importante”, dijo Maldonado.
“Además, debe tener el arte de comunicar, el arte de saber salir de su confort zone (zona cómoda), y no hablar ciencia para científicos, sino en ‘arroz y habichuelas’, porque esto es necesario si queremos el apoyo del público o conectar con él. Esas destrezas blandas que son de la personalidad —que no se aprenden en la escuela ni en la universidad—, son sumamente importantes a la hora de escoger una carrera en investigación o en otra área”, mencionó Maldonado.
Crespo coincidió en que la curiosidad es el arma de todo científico, además de que debe ser estructurado y manejar el tiempo eficientemente (time management). “Cuando vas a un laboratorio hay que entender que hay procesos, que hay una seguridad al manejar líquidos peligrosos, por ejemplo; por lo que tienes que ser organizado”, indicó el investigador.
En Puerto Rico hay escasez de recursos económicos para las investigaciones. No obstante, ambos expertos afirmaron que la calidad del estudiantado que se prepara en las universidades locales, compite de tú a tú con estudiantes de Estados Unidos.
“Tuve la oportunidad de estudiar en la Universidad de Puerto Rico y de involucrarme con la investigación en mi grado subgraduado. Luego, continué mis estudios graduados en Estados Unidos. Me parece muy fascinante que, aun con los pocos recursos que tiene la universidad, se formen estudiantes de tan alto nivel. Esto me permitió comprender lo valiosa que es la educación en Puerto Rico. El estándar es muy alto. La calidad de la investigación que se hace acá, con tan pocos recursos, es admirable. No quiero ni imaginar la cantidad de descubrimientos que se lograrían en Puerto Rico si contáramos con todos los recursos disponibles en Estados Unidos”, destacó el director asociado.
Por su parte, Maldonado indicó que en la isla los investigadores tienen que hacer “de tripas, corazones” para prepararse a un nivel de calibre internacional. “No quiero generalizar, pero sabemos que algunas universidades carecen de recursos; sin embargo, el activo más grande que tienen es el humano. La calidad de investigación que se hace en la isla es de primera. Nosotros hemos tenido la oportunidad de trabajar con cientos de investigadores en Puerto Rico, y ellos representan a la isla en diversas conferencias nacionales e internacionales. Sus datos han sido presentados en los journals más prestigiosos del mundo. Incluso les han dado portadas en revistas. Hay mucha necesidad, pero hay muchísimo talento de investigadores en Puerto Rico”.
El Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación fue creado con la misión de invertir, facilitar y desarrollar las capacidades necesarias para desarrollar la economía del país.
“Nosotros, como Fideicomiso, jugamos un papel sumamente importante en el acceso a capital. Las sociedades más avanzadas invierten muchísimo en investigación y desarrollo. Si en Puerto Rico queremos estar a ese nivel, tenemos que prestar mucha atención en qué invertimos el dinero”, dijo Maldonado, quien dirige el programa de Subvenciones, uno de 16 programas del Fideicomiso y el más antiguo de todos.
La primera aportación del Programa de Subvenciones fue en el 2015-2016. Hasta el momento, ha otorgado un aproximado $17 millones con un retorno de inversión de más de $70 millones.
“Desde el punto de vista del programa de subvenciones para investigación, nosotros somos el único mecanismo de financiación local que apoya proyectos de investigación en ciencia y tecnología. Si nosotros no existiéramos, los investigadores tendrían que ir directamente a otras fuentes de financiación, tal vez como el gobierno federal, fundaciones privadas y la industria”, sostuvo la directora.
Este programa les permite a los investigadores obtener datos preliminares. Estos [datos] son importantes porque muchas de las agencias financiadoras o agencias federales requieren que el investigador los tenga para otorgarle una subvención mucho más grande.
“Nosotros somos los que estamos en la primera línea apostando por estos proyectos innovadores, cuando nadie más le ha concedido ninguna subvención. Esto es particularmente importante para los investigadores jóvenes porque están empezando sus carreras y necesitan que alguien les dé fondos y crean en lo que están haciendo para poderse desarrollar a un nivel que puedan comercializar sus invenciones o asegurar subvenciones mucho más robustas”, especificó la directora.
Maldonado aseguró que esto tiene “un efecto dominó”, porque los investigadores contratan a estudiantes para que trabajen en los laboratorios.
“Nuestras subvenciones ofrecen entrenamiento en los laboratorios y capacitan a los estudiantes para que vayan a conferencias. Eso también es muy importante”, indicó.
De igual manera, Crespo resaltó que el Fideicomiso también ayuda a los investigadores a través del programa BioLeap, el cual es una incubadora.
“Nosotros vamos a los investigadores que tienen una tecnología y les ayudamos a entender ese proceso de investigación a la comercialización. Es un aspecto complicado, pero los llevamos de la mano hasta que ese producto o servicio se acerca, cada vez más, a ese proceso de comercialización”, detalló Crespo.
Ambos directores enviaron un mensaje para aquellos estudiantes que tengan el deseo de desarrollarse en el campo de la investigación.
“Con la investigación, tú puedes hacer una aportación a la sociedad. Es de las maneras que con más honor se le puede dar valor añadido a esta sociedad. Es bien gratificante, pues hay muchas historias de tecnologías que cambian y salvan vidas”, destacó Crespo.
“Mi consejo es que deben tomarse un tiempo para reflexionar. Buscar un buen mentor. Saber que, en el camino, si uno se tropieza no pasa nada. Que se atrevan a cambiar, porque la vida y los caminos no son lineales. Hay que dejarse llevar por la pasión y perseguir lo que les haga felices”, concluyó Maldonado.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.

Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: