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29 de junio de 2025
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Las enfermedades neurológicas afectan a millones de personas en todo el mundo. Además de impactar el cerebro, la médula espinal y los nervios, estas pueden cambiar radicalmente la vida de quienes las enfrentan y de sus seres queridos. Sin embargo, con mayor conciencia, detección temprana y educación, podemos reducir su impacto, mejorar la calidad de vida de los pacientes y fomentar comunidades más informadas y solidarias.
Entre las más comunes se encuentran el alzhéimer y otras demencias, el párkinson, la esclerosis múltiple, la epilepsia, los accidentes cerebrovasculares (ACV) y las neuropatías periféricas. Aunque no discriminan por edad ni género, algunas presentan factores de riesgo específicos.
Uno de los mayores retos con estas enfermedades es que sus síntomas iniciales pueden pasar desapercibidos o confundirse con el envejecimiento normal. Es crucial prestar atención a señales de alerta como:
- Cambios en la memoria o en el comportamiento.
- Dificultad para hablar, caminar o coordinar movimientos.
- Pérdida de equilibrio o mareos frecuentes.
- Episodios de convulsiones sin explicación.
- Entumecimiento o debilidad persistente en las extremidades.
- Dolores de cabeza severos y frecuentes.
- Cambios en la visión o audición.
Cuando estos síntomas se presentan de forma recurrente o progresiva, es vital consultar a un profesional de la salud. La detección temprana permite iniciar tratamientos a tiempo, retrasar el avance de la enfermedad y preservar la funcionalidad del paciente.
Prevención: una responsabilidad compartida
Aunque no todas las enfermedades neurológicas pueden prevenirse, sí podemos tomar acciones para reducir el riesgo de desarrollar muchas de ellas. Entre las principales recomendaciones están:
- Controlar los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto y el tabaquismo.
- Alimentarse saludablemente. Seguir una dieta balanceada, abundante en frutas, vegetales, grasas saludables y baja en azúcares procesados, ayuda con la salud cerebral.
- Mantenerse activo. El ejercicio físico mejora la circulación, reduce el estrés y promueve la salud del sistema nervioso.
- Cuidar la salud mental. El manejo adecuado del estrés, la ansiedad y la depresión también contribuye al bienestar neurológico.
- Estimular la mente. Leer, aprender cosas nuevas, realizar pasatiempos y socializar, especialmente en la adultez mayor, fortalece la reserva cognitiva.
- Dormir bien. El descanso adecuado es esencial para la regeneración y el óptimo funcionamiento del sistema nervioso.
Recibir un diagnóstico neurológico puede ser complicado, pero con los avances médicos y el apoyo adecuado, muchas personas logran mantener una mejor calidad de vida.
El rol de la familia y la comunidad son factores importantes. Informarse sobre la enfermedad, acompañar al paciente en sus tratamientos y crear un ambiente de comprensión son claves para su bienestar.
Desde mi experiencia clínica, he visto cómo una comunidad informada y comprometida puede marcar una gran diferencia. Cuando las personas comprenden lo que enfrentan, se empoderan y cuando la sociedad escucha, apoya y actúa, todos avanzamos.
Los invito a informarse sobre este tema, a compartir conocimiento y a cuidar su salud neurológica y la de sus seres queridos.
En MCS te queremos con Salud Completa. No te pierdas las actividades que te trae el Club te Paga para que tengas el balance que necesitas. Accede a www.mcsclubtepaga.com para ver el calendario y las localidades que puedes visitar. MCS siempre está comprometido con brindar salud completa y bienestar.
Logra un desayuno balanceado
Como parte del MCS Wellness Challenge, te invitamos a comenzar tus mañanas con energía y bienestar. Un desayuno balanceado es clave para cuidar tu salud y mantener un estilo de vida activo. ¡Tú puedes lograrlo!
- Incluye una fuente de proteína: huevos, yogur griego, queso bajo en grasa o mantequilla de maní natural. Ayuda a mantener la saciedad por más tiempo.
- Agrega carbohidratos: avena, pan integral o batata. Proveen energía sostenida durante la mañana.
- No olvides la fruta: aporta fibra, vitaminas y antioxidantes. Opta por frutas frescas o congeladas, sin azúcar añadida.
- Incorpora grasas saludables: aguacate, nueces o semillas de chía. Son esenciales para la salud cerebral y hormonal.
- Hidrátate bien: acompaña tu desayuno con agua, té o café sin azúcar añadida.
- Evita los azúcares refinados: cereales azucarados, jugos procesados o refrescos pueden causar picos de glucosa y fatiga posterior.
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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.
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