

Dicen que convertirse en abuelo por primera vez representa una de las experiencias más emocionantes en la vida de muchas personas que contemplan el tierno rostro de su descendencia a través de la criatura acabada de nacer.
Sin embargo, más allá del maravilloso acontecimiento, se asoma un nuevo rol para aquellos que, de ahora en adelante, verán crecer a los hijos de sus hijos, en una época muy distinta a cuando ellos criaron.
Y, aunque ser abuelo o abuela puede suceder antes de llegar a la adultez mayor, hay personas que disfrutan a sus nietos a edades más jóvenes. Lo cierto es que, sin importar la edad, su figura representa la transmisión de un legado cultural y familiar que se comunica de generación en generación.
De acuerdo con el doctor Ángel Muñoz Alicea, psicólogo clínico y director de la Escuela para Cuidadores de Adultos Mayores de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, “el rol esperado [de un abuelo] varía de familia en familia y de entorno en entorno”.
“Podemos decir que se trata de un apoyo ocasional en donde los abuelos son parte importante del sistema familiar, pero ya dejan de ser su núcleo primario y se convierten en uno secundario, apoyando a los padres que están criando a sus hijos”, expresó.
Asimismo, mencionó que un abuelo es crucial en la crianza porque brinda oportunidades para que los menores sientan una figura de apego seguro. En otros casos, “muchos abuelos son ‘alcahuetes’ (consentidores), pero, realmente, es que, como ya no sienten la responsabilidad de criar, se permiten acompañar a estos niños [de una manera más liberal]”.
“Algo bien valioso que hemos visto es el tema de que la experiencia que ellos tienen permite que se faciliten las tradiciones, los valores y el proceso de identidad del niño. Es decir que pueden comprender que el rol de papá, mamá o del cuidador primario puede ser de educar y, a veces, disciplinar”, sostuvo.
No obstante, para algunas personas, la crianza de sus nietos pasa a un plano principal debido a la pérdida de los padres biológicos, ya sea por fallecimiento, encarcelamiento o una remoción ordenada por el Departamento de la Familia.
Según Muñoz Alicea, en Puerto Rico hay unos 81,000 menores que viven con sus abuelos. De estos, el 73 % son mujeres criando a sus nietos.
“Según los datos, el 36 % son casos en que el abuelo se encarga de la responsabilidad de criarlos. Esto nos muestra escenarios de hogares donde el menor está viviendo con el abuelo, ya sea porque el padre vive con la persona o está quedándose de manera intermitente. Pero ese 36 % se encarga completamente de la crianza, ante la ausencia de los padres por diferentes razones”, reveló.
La situación genera nuevos retos, de acuerdo con el experto, ya que “pensamos que, porque ellos criaron hace unos años, van a tener todas las respuestas, y, aunque en efecto, la experiencia de los años acumulados les da unas destrezas, no es menos cierto que están cuidando a una generación bien diferente a la que ellos criaron”.
Uno de los desafíos para los abuelos primerizos a cargo de sus nietos es el aspecto educativo, el cual, según el psicólogo clínico, “puede ocasionar un choque generacional”.
“Es fundamental que conozcan el sistema educativo, porque es una de las mayores dificultades que tienen. Ellos criaron en un tiempo en donde había muchísimos niños, muchos maestros y los recursos eran diferentes. También se enfrentan a un choque generacional sobre cómo establecer los límites, pero manteniendo el vínculo afectivo”, expuso.
No obstante, reconoció que “los abuelos que se involucran de manera activa en el proceso educativo, esta oportunidad les brinda satisfacción porque ellos se convierten en figuras de apego seguro de sus nietos que, en ocasiones, sus padres no están por diferentes razones”.
“Es crucial que sepan que van a pasar de ser la figura que, ocasionalmente, se hacía cargo de los nietos, a ser la figura que va a estar encargada completamente de la crianza. Entonces, las dinámicas van a cambiar porque no es lo mismo cuando el abuelo está un ratito a cuando tiene que poner disciplina y educar”, agregó.
De otra parte, resaltó que, en muchas ocasiones, la figura del abuelo se destaca por su complacencia ante las solicitudes de sus nietos. En ese aspecto, invitó a hacer un análisis de hasta dónde puede acceder, ya sea a una petición de dinero o un regalo específico.
“Uno de los retos mayores que tienen los abuelos ante las demandas de sus nietos es en los aspectos económico y emocional. Entonces, muchos se sienten abrumados de no poder cumplir por sus limitaciones en cuanto a ingresos”, manifestó.
Sin embargo, alentó a identificar “hasta dónde puede llegar y mostrarle el valor más allá del costo de las cosas, en cuanto a si es algo necesario o un gusto particular”.
Finalmente, invitó a las familias “a crear nuevas memorias; es uno de los mejores regalos”.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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