

Dormir no es un lujo. El ser humano vive procesos sanadores del cuerpo y del cerebro, mientras duerme. Los síntomas de falta de sueño incluyen: irritabilidad, dificultad para concentrarse, problemas con la memoria, bajos niveles de energía, se agudizan los síntomas asociados a condiciones de salud y se afecta el sistema inmunológico. Los adultos mayores tienden a necesitar menos horas de sueño que los niños y los adolescentes, pero, al menos, se deben dormir entre 6 a 8 horas. Es importante despertarse descansado, con energía para hacer cosas y en buen estado de ánimo.
Si se quiere mejorar el patrón de sueño, hay elementos del estilo de vida que pueden lograr mejorar la experiencia de dormir. Algunas recomendaciones para estos fines son las siguientes:
Fuente: Guía de Estrategias y Actividades para Adultos Mayores y sus Cuidadores ante el Distanciamiento Social, de la Asociación Puertorriqueña de Psicología. La autora es psicóloga clínica.
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