Recientemente visité Colombia, un país donde -como dice su “slogan”- el riesgo es querer quedarte. Y de todo lo destacable en este bello país, la sorpresa: La Piedra del Peñol y la Reserva de Guatapé. Para llegar hasta aquí se sigue la ruta por carretera en dirección de Medellín, que pasa por varios pueblos, los que integran “La ruta del Oriente”. Básicamente te dedicas a recorrer los pueblos hasta llegar al destino. Marta, nuestra guía, organizó las paradas para que coincidieran, como en nuestro caso, con una pausa para desayunar arepas. Hay que probar la cocina local, ¡eso es lo que digo! Súper recomendado hacer una parada en carretera en alguno de los puestos donde se vean mazorcas. Marta se detuvo en uno y fue una delicia. Ahí nos hicieron unas deliciosas y fresquitas arepas de chocolo, y otras de maíz de las que no podrás comerte solo una.