El sol se asomaba tímidamente entre las nubes que cubrían el cielo asturiano. El frío viento, pese a estar en verano, me recordaron que en esta parte del norte del España siempre hay que tener un abrigo liviano a la mano. Sin embargo, la adrenalina y el saber que en varios minutos iba a estar remando sobre un kayak a través del río Sella, llevaban mi mente a otros asuntos más importantes que el frío.