Nota de archivo: este contenido fue publicado hace más de 30 días.

La primera imagen de Sagitario A*, el agujero negro en el centro de la Vía Láctea.
La primera imagen del agujero negro en la Vía Láctea fue obtenida por un equipo de investigación global, con observaciones de una red mundial de ocho radiotelescopios, que funciona como un telescopio virtual del tamaño de la Tierra. (Agencia EFE) (Event Horizon Telescope)

La primera imagen del agujero negro en el centro de la Vía Láctea representa una oportunidad valiosa para el Observatorio de Arecibo, pues da impulso a los esfuerzos de reconstrucción tras el colapso de hace año y medio, con miras a su integración a la red global de radiotelescopios que contribuyó a la histórica foto divulgada el pasado jueves.

Se trata de una aspiración que, incluso, quedó recogida en la Encuesta Decadal de Astronomía y Astrofísica 2020 (Astro2020) de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, considerada un documento importantísimo que establece las prioridades en ambas disciplinas y sirve como fuente principal para que el Congreso y otras entidades asignen fondos para proyectos.

“En el ‘Decadal Survey’, no solo se destaca Arecibo como un modelo de cómo se debe desarrollar la interacción entre la ciencia y el público, sino que, desde el componente científico, empieza la conversación de cómo se puede visibilizar el Observatorio como una extensión del tipo de ciencia que permitió obtener la primera imagen del agujero negro en la Vía Láctea”, dijo a El Nuevo Día el científico puertorriqueño Rodrigo Córdova Rosado, quien cursa un doctorado en Astrofísica en la Universidad de Princeton.

La imagen de Sagitario A*, revelada por la Fundación Nacional de Ciencia (NSF, en inglés) y un equipo de astrónomos del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, en inglés), se obtuvo utilizando observaciones de una red global de ocho telescopios, que funciona como un telescopio virtual del tamaño de la Tierra, indicó.

Explicó que se utiliza una técnica conocida como interferometría de línea de base muy larga o VLBI, que combina las señales de los telescopios “para tener un efecto multiplicativo”.

“La técnica VLBI es la combinación de señales que se reciben en telescopios diferentes y separados en una distancia masiva. Como son telescopios tan lejanos, necesitas muchos para tener una imagen como esta”, abundó, tras precisar que los radiotelescopios de la red global ubican en Estados Unidos, Chile, México, España y Antártida.

Un agujero negro es un lugar del espacio de donde nada puede escapar, ni siquiera la luz. El físico alemán Albert Einstein formuló la teoría que los predice, aunque nunca llegó a entenderlos ni aceptarlos.

Parte de la Colaboración

Córdova Rosado fue parte de la llamada Colaboración del EHT que logró, en 2019, capturar la primera foto de un agujero negro. En aquella ocasión, el objeto se encontraba fuera de la Vía Láctea, en el centro de otra galaxia (Messier 87).

El científico puertorriqueño, quien entonces cursaba su bachillerato en Astrofísica y Física en la Universidad de Harvard, analizó datos atmosféricos de 10 años, en los sitios donde ubican los radiotelescopios de la red global, para calcular la transparencia y determinar qué momento del año era el idóneo para hacer las observaciones a larga distancia. “Mi trabajo confirmó que la segunda semana de abril es el mejor período de observación”, resaltó.

“Desde 2018, cuando ya se vislumbraba la posibilidad de la primera imagen de un agujero negro, se sabe que se necesitan más antenas que se combinen en una red global para completar la imagen, y ahí es donde se recalca la importancia de reconstruir Arecibo para incluirlo”, indicó.

El pasado 1 de diciembre, cuando se cumplió el primer año del colapso del radiotelescopio, la NSF –dueña del Observatorio– confirmó que evalúa varias opciones sobre cómo reconstruir la estructura y que la determinación final, incluyendo la posibilidad de no hacer nada, se comunicaría luego. Hace dos meses, el centro de visitantes reabrió al público.

Para Córdova Rosado, la reconstrucción no debe ser opcional, “porque ya hay una infraestructura que puede aprovecharse y, cuando miras a futuro y ves que grupos como el Very Large Array están buscando añadir más radiotelescopios, incluyendo uno de larga distancia, Arecibo resalta”.

“El hecho de que Arecibo esté alto en la lista del ‘Decadal Survey’ es importante… es un reconocimiento de que hay interés en la comunidad científica de no dejar un vacío y rescatar el espacio que Arecibo ocupó. Tenemos que reanudar nuestro empuje (hacia la reconstrucción)”, recalcó el científico, quien tiene una maestría en Arqueología de la Universidad de Cambridge y se crio entre San Juan y Fajardo.

“Mi inspiración desde que entré a la ciencia siempre fue que el Observatorio de Arecibo me daba como un espejo en el que puedo mirarme y ser parte del legado astronómico. Puerto Rico merece que se le otorguen más fondos para su futuro científico”, aseveró.

💬Ver comentarios