Eran la 6:00 de la tarde del viernes, y las nuevas puertas metálicas negras, principal acceso al Estadio Hiam Bithorn, abrieron de cara al partido entre los Cangrejeros de Santurce y Senadores de San Juan en la semana inaugural de la pelota invernal.

Entre el bullicio de los fanáticos, antes de realizarse el registro a cada uno, los ujieres daban instrucciones de cómo ingresar al parque. Personas con boletos a los asientos generales a la derecha, y los de palco a la izquierda. Fue un anuncio que retó la paciencia de algunos presentes.

A la extrema derecha había una fila frente a una caseta que sirve como boletería alterna. La original está cubierta por panelas color blanco y un letrero que lee: “Seguimos trabajando para ti. Aquí se construye un estadio de Grandes Ligas”.

Los aficionados tendrán que arroparse bajo un manto de paciencia, al igual que los jugadores de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC), durante la campaña 2025-26 cuando visiten la instalación aún en medio de una remodelación para recibir el Grupo de A de primera ronda del Clásico Mundial de Béisbol el próximo marzo. Será la primera vez desde 2013 que una llave del magno certamen se celebre en Puerto Rico.

Con los camerinos clausurados, vagones colocados a los extremos del parque funcionarán como casilleros alternos. Ya algunos peloteros se expresaron a El Nuevo Día incómodos por la situación.

En los pasillos del Bithorn, los baños también están en reconstrucción. Letrinas fueron colocadas a las afueras.

En la cantina principal, Rolando Pérez, de 61 años y con atuendo de los Senadores, se expresó indiferente en medio de los inconvenientes en el Bithorn.

“Considero que están tratando de mantenerlo en buenas condiciones para cuando comience la serie (del Clásico). Contento porque comenzó la temporada invernal. Todavía le falta, pero será bueno para la fanaticada. Reconozco que por estos motivos lo están poniendo al día”, expresó el empleado de gobierno a El Nuevo Día, que realizó un sondeo informal.

Un día antes del primer partido en el Bithorn, el ayuntamiento de la capital envió un comunicado de prensa para informar el costo de las instalaciones temporeras que permitirán la operación del estadio y el disfrute del público. La suma ronda en $324,345 adicionales a los $35,249,739 que se han invertido hasta el momento para la restauración.

De vuelta en la cantina, el ingeniero Luis Blanes, fanático de los Senadores, de 54 años, tuvo reacciones mixtas con lo que se topó el viernes en los pasillos.

“Llevan tiempo trabajando en esto y los servicios básicos no se pueden detener. No sabía que habían letrinas. Sabemos cómo funciona esto, las burocracias que a veces ocurren, más en un proyecto de gobierno. Las incomodidades, lamentablemente, son parte de las reformas. Lo entendemos de cierta forma. Si se extiende mucho más de lo que sería razonable, sería diferente el caso”, opinó.

“Tampoco es justo que la temporada completa del béisbol local se vea en esta situación. No vamos a estar muy contentos, pero la realidad es que ya llegó un momento que existe un cierto nivel de conformismo de saber que, lamentablemente, los proyectos gubernamentales tienden a padecer de estas situaciones al final del proyecto”, añadió.

Antes de comenzar la acción, varias personas se vieron confusas en localizar las letrinas. Unas 14 se encontraban caminando hacia el ala derecha del estadio.

Hasta allí llegó la pareja joven de José Millán y Lian Torres, algo incómoda, a ver dónde tuvieron que hacer sus necesidades.

“Para mí, no debería de haber una prioridad más que otra. Debieron tenerlo set (los baños), porque se llena. Tener que ir a letrinas, aunque las tienen limpias y están pendientes, que eso no se ve en todos sitios públicos, y eso se agradece. Esperemos que no sea solamente el primer día”, comentó Torres.

“Lo ideal sería que todo esté al día. Pero con el Clásico, que es algo bien grande, también entiendo la excusa lógica de las letrinas para cuando llegue ese momento, el parque esté en una condición optima. Es un bien común”, dijo Millán por su parte.

Para el juego inaugural de los Senadores como locales, el reemplazo de todas las butacas en el Bithorn fue completado. El nuevo pizarrón gigante digital al fondo del jardín central, además del terreno de juego, lucían impecables.