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Wesley Vázquez, quien fue uno de los primeros boricuas en clasificar a Tokio 2020, padeció el virus a finales de marzo, lo que lo forzó a detener su entrenamiento durante más de tres semanas en una etapa crucial en su preparación para las Olimpiadas de este verano.
Wesley Vázquez, quien fue uno de los primeros boricuas en clasificar a Tokio 2020, padeció el virus a finales de marzo, lo que lo forzó a detener su entrenamiento durante más de tres semanas en una etapa crucial en su preparación para las Olimpiadas de este verano. (ANDRE KANG)

El COVID-19 no ha respetado edades, sexos, ni razas. Y aunque mucho se ha dicho de que las personas con condiciones preexistentes y los adultos mayores son los más vulnerables, el virus ha demostrado que puede afectar severamente aun a las personas con el sistema inmunológico más fuerte: los atletas.

Basta escuchar los relatos de varios deportistas del patio, que independientemente del impacto o de los síntomas que le produjera el coronavirus cuando se contagiaron, continúan experimentando ciertas señales en su cuerpo hasta seis y siete meses después.

En términos generales, se apunta mayormente a problemas respiratorios como una de las principales secuelas del COVID-19, pero también los investigadores han documentado afecciones cardiacas como consecuencia de haberse contagiado.

Sin embargo, no todo apunta a lo mismo. Así como los síntomas suelen ser diversos durante la afección, y no todos se manifiestan en todos los pacientes, los efectos a corto, mediano y largo plazo también suelen ser diversos.

“A mí me dio (COVID-19) el 6 de noviembre. Para mí fue un poco más difícil porque rápido tenía que competir en enero. No tuve mucho tiempo para recuperarme bien para poder hacer la clasificación a los Juegos Olímpicos”, dijo a El Nuevo Día la judoca Melissa Mojica, una de las primeras atletas del país que públicamente reveló su contagio, al hablar sobre lo que fue su experiencia de regreso al entrenamiento tras padecer la enfermedad.

“Estaba muy bien, pero ya a partir de marzo (cuatro meses después) me dieron unos episodios de deshidratación con bajón de azúcar. Estaba en Turquía para el 6 de marzo. Cuando regresé para acá, al otro día, me vieron los doctores generalistas del Comité Olímpico (Copur), y ellos no saben identificar qué pasó”.

“Me está viendo un nefrólogo porque tenía como una inflamación en todos los órganos. Mi cuerpo estaba bien, pero de repente parece que se juntó todo; el entrenamiento más todo lo que me dio”.

Mojica, de 37 años, y quien aún está en busca de la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio, dijo que los médicos que la han visto no han podido certificar que lo que está sintiendo está asociado directamente a su contagio con COVID-19, aunque sí asumen que puede estar relacionado.

Estaba muy bien, pero ya a partir de marzo (cuatro meses después) me dieron unos episodios de deshidratación con bajón de azúcar. Estaba en Turquía para el 6 de marzo. Cuando regresé para acá, al otro día, me vieron los doctores generalistas del Comité Olímpico (Copur), y ellos no saben identificar qué pasó. Me está viendo un nefrólogo porque tenía como una inflamación en todos los órganos. Mi cuerpo estaba bien, pero de repente parece que se juntó todo; el entrenamiento más todo lo que me dio

Melissa Mojica / Judoca

“Me hicieron laboratorios pero no me hicieron el CMP (Comprehensive Metabolic Panel); lo que te hacen para ver cómo están los órganos”, dijo la judoca. “Ellos lo que me hicieron fue troponina y CBC. Obviamente en el CBC se hubiera visto alguna anomalía, pero salía bien. Y como salió bien me fui a entrenar. Entonces, ahora, estoy presentando estos problemas de inflamación, los niveles de CPK bien altos en la sangre, que es que los músculos están bien inflamados y los órganos también”.

Melissa Mojica actualmente se mantiene entrenando y compitiendo buscando lograr su clasificación a las Olimpiadas de Tokio mediante puesto en el ranking mundial.
Melissa Mojica actualmente se mantiene entrenando y compitiendo buscando lograr su clasificación a las Olimpiadas de Tokio mediante puesto en el ranking mundial. (Juan Luis Martínez Pérez)

La troponina es una proteína que se encuentra en los músculos del corazón. De acuerdo al sitio especializado, Medline Plus, la troponina no se encuentra normalmente en la sangre. Pero cuando los músculos del corazón tienen algún daño, la proteína mencionada pasa al torrente sanguíneo.

El CPK, en tanto, es una enzima que se encuentra predominantemente en el corazón, el cerebro y el sistema músculo esqueletal. El examen se realiza para descubrir los niveles de creatina-fosfocinasa, nombre de la enzima. Cuando el nivel total de CPK es muy alto, a menudo significa que ha habido lesión o estrés en el corazón, el cerebro o el tejido muscular, según el sitio especializado.

El nefrólogo me dijo, ‘mira Melissa, yo creo que es una mezcla (de factores); no puedo decir que es por el COVID-19. Pero sí he tenido pacientes que me han dicho que no les ha dado COVID pero les han puesto la vacuna y han tenido esos problemas de inflamación en las articulaciones y los músculos’. Pero él me dice que eso es bien difícil saberlo porque esas investigaciones están en pañales”, agregó Mojica, quien no empece a su situación se ha mantenido activa compitiendo en busca de mantener su clasificación en el ranking de la Federación Internacional de Judo.

“Me sorprende, ver como mi cuerpo se ha comportado, y cómo en vez de mejorar, ha ido para atrás. Para mí que es por el COVID”, aseveró Melissa, quien explicó que durante su convalecencia sufrió de fuertes fiebres durante tres días, dolor en las articulaciones, pérdida del apetito y del sentido del gusto. “No me dio una restricción respiratoria grave. Sí cuando empecé a correr me fatigaba, pero no fue algo como para que yo dijera que no podía respirar. Eso no”.

Ahora dice que el cansancio llega más rápido, y el dolor posterior a los combates se prolonga por hasta tres y cuatro días, cuando lo usual era sentir molestias solo al día siguiente.

Para el armador del Baloncesto Superior Nacional (BSN) Filiberto Rivera, de 36 años, su caso fue todo lo contrario. Su contagio casi pasó desapercibido pues no tuvo síntomas mayores. Y seis meses después no ha notado secuelas en su organismo, salvo por algo.

“En cuestión de condición física, sí perdí, pero porque no podía entrenar por el encierro. Solo podía entrenar en casa. Cuando volví a la cancha estaba bien de aire, pero obviamente fuera de condición. Lo único que sí puedo decir es que desde ese tiempo perdí el gusto y el olfato, y todavía hoy no los tengo. Es desesperante y frustrante. Puedo tener el sentido del olor a veces, pero ya a los cinco segundos se va”, relató Rivera, quien se contagió también a principios de noviembre, pero reveló que después de cuatro pruebas posteriores a su contagio arrojó en todas negativo, aparte de que ya está vacunado.

Rivera fue uno de los canasteros de los Santeros de Aguada que dieron positivo justo antes de que arrancara el torneo del BSN que se celebró en la burbuja en Río Grande.

En cuestión de condición física, sí perdí, pero porque no podía entrenar por el encierro. Solo podía entrenar en casa. Cuando volví a la cancha estaba bien de aire, pero obviamente fuera de condición. Lo único que sí puedo decir es que desde ese tiempo perdí el gusto y el olfato, y todavía hoy no los tengo. Es desesperante y frustrante

Filiberto Rivera / Baloncelista

El problema con el semifondista Wesley Vázquez, en cambio, fue el momento en que vino a contagiarse con el COVID-19. El especialista de 800 metros y uno de los primeros atletas del patio en clasificar para las Olimpiadas de Tokio, se contagió a finales de marzo, faltando solo cuatro meses para los Juegos.

Vázquez tuvo episodios de vómitos por cuatro días en los que no pudo ingerir alimentos, perdiendo más de 15 libras de peso, incluyendo buena parte de su masa muscular. Aunque dice sentirse bien en este momento, su preocupación es el poco tiempo que le queda para recuperar su forma y llegar en plenitud de condiciones a Japón para su tercera cita olímpica.

Filiberto Rivera fue un paciente parcialmente asintomático a la crueldad de la afección respiratoria que genera el coronavirus. Sí padeció y aún casi seis meses después aún le afecta, la pérdida del olfato y el gusto.
Filiberto Rivera fue un paciente parcialmente asintomático a la crueldad de la afección respiratoria que genera el coronavirus. Sí padeció y aún casi seis meses después aún le afecta, la pérdida del olfato y el gusto. (Jorge A Ramirez Portela)

“Estuve recuperándome como tres semanas desde eso. La primera semana intenté correr pero me cansaba y no podía. La segunda semana ya comencé a caminar poquito a poquito, y ya la tercera empecé a trotar suavecito. Ya hoy me siento súper”, comentó a El Nuevo Día hace unos días.

“No me canso ni me falta el aire. Me chequearon el corazón y está bien. Me chequearon los pulmones y el neumólogo me dijo que están trabajando superbién, que puedo correr. Pero sí hay un problema que hay que ver seguido. Mis pulmones se vieron en las placas (radiografías) un poco manchados, como algo viral o por la misma inflamación. En las primeras placas salieron bastante feítos. Entonces me hicieron una segunda placa hace poco y se veían mejor. El doctor me dijo que eso es bueno, que se ve mejoría. Me dio cita para septiembre, para darle seguimiento y asegurarme que mis pulmones están limpiando poco a poco. Que si los pulmones están funcionando bien, que ya puedo correr”.

Vázquez debutó en unas Olimpiadas en Londres 2012, y repitió su participación en Río 2016. Pero para este ciclo parecía estar en el mejor momento de su carrera, luego del quinto lugar que logró en la final del Mundial de 2019 en Catar.

No me canso ni me falta el aire. Me chequearon el corazón y está bien. Me chequearon los pulmones y el neumólogo me dijo que están trabajando superbién, que puedo correr. Pero sí hay un problema que hay que ver seguido. Mis pulmones se vieron en las placas (radiografías) un poco manchados, como algo viral o por la misma inflamación. En las primeras placas salieron bastante feítos. Entonces me hicieron una segunda placa hace poco y se veían mejor

Wesley Vázquez / Semifondista

No obstante, una lesión en 2021 de la que recién se había recuperado, y el COVID-19 que contrajo justo después, amenazan que pueda tener su mejor desempeño en Tokio.

“Tengo tres meses (actualmente dos para el inicio de las Olimpiadas) para darle ahí con lo que pueda”, concluyó sobre su entrenamiento.

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