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Río Grande - Solo se atrevió a escribir un mensaje a través de la cuenta personal de Instagram del golfista puertorriqueño Rafa Campos, y, como resultado, la bayamonesa Liliana Vega cumplió esta mañana su sueño de conocer personalmente al jugador, en el marco del tercer día de acción del Puerto Rico Open en el campo del Grand Reserve Country Club.
Mientras unos piensan que no hay peor gestión que la que no se realiza, los más atrevidos se motivan pensando que es mejor “pedir perdón, que pedir permiso”. Pero Vega, una dama residente de Bayamón que se entusiasmó con este deporte hace una década, cuando asistía con su sobrino de nueve años al Río Hondo Golf Club, fue movida por esa misma afición y por su esperanza de conocer a Campos, a escribirle haciéndole una petición.
“Yo sigo a Rafa en las redes sociales. Este año tuve una situación particular, por la que pensé que no iba a poder llegar (al Puerto Rico Open)”, dijo Vega a El Nuevo Día, minutos después de que Campos la recibiera personalmente.
La aficionada se quedó a pie desde hace varios días por problemas con su auto, y aunque consideró en un principio moverse a través de Uber, la tarifa de alrededor de $60 que le iba a costar desde Bayamón hasta Río Grande, y otros $60 de regreso, no lo hacían viable económicamente para ella.
“Le escribí a Rafa, ¿no sabes de alguna iniciativa para llevar fanáticos (al torneo)? En Bayamón tenemos el Río Bayamón Golf Course, y yo juego allí y practico. Lo que pasa es que mi sobrino empezó en esto desde los 9 años y corrí muchos campos con él. Ahí supe de las reglas del juego y aprendí del golf”, relató Vega. “Entonces le escribí a Rafa y le pregunté si había alguna iniciativa para mover a fanáticos. Y ahí yo creo que él cogió una idea, y me escribió, ‘déjame a averiguar, y yo te llamo’. Yo pensé que no me iba a llamar nada”.
Pero Liliana se equivocó - para bien - y al cabo de unos minutos recibió respuesta de Campos, notificándole una buena noticia. “Tu transportación al Open será auspiciada por Uber. Yo dije, wow, qué chévere. No lo podía creer. Entonces le escribí para darle las gracias, y él me respondió que me iban a llamar para darme detalles”, contó Vega.
Liliana recibió luego un código especial con el que pudo solicitar la transportación a través de la aplicación móvil de Uber, libre de costo.
Así, exactamente a las 10:30 de la mañana se concretó el encuentro, en el que intercambiaron impresiones y Campos contestó incluso algunas preguntas que le hizo Liliana sobre el golf. También hubo su espacio para que Rafa le autografiara una gorra a Vega, quien se expresó complacida con el don de gente del jugador.
Campos no hubiera podido hacer ni una cuarta parte de las actividades en que se ha involucrado en los primeros tres días del Puerto Rico Open si estuviera jugando. Una lesión en el codo lo sacó de paso y estará inactivo por cuatro o cinco meses. Pero la inactividad forzosa, anticipó hace unos días, la aprovecharía para interactuar con fanáticos y otros jugadores del Tour de la PGA.
“Liliana me escribió vía Instagram hace como cuatro días, diciendo, ‘disculpa Rafa, lo peor es no preguntar, pero quería saber si hay alguna guagua que esté llevando gente al torneo’”, recordó por su lado Campos. “Me puso a pensar, y me pregunté por qué no hay nada que atraiga la gente de allá. Y es algo que le dije a Liliana cuando se bajó del carro… ‘gracias a ti yo espero que para los próximos años hagamos un cambio bien grande’. Creo que es una tremenda idea gracias a Liliana, que para los próximos años tengamos unas guaguas saliendo de algunos puntos de la isla para atraer a la gente”.
Poco después, al mediodía, Campos y sus seguidores, incluyendo a Vega, caminaron por el campo desde el hoyo 1 acompañando al argentino Nelson Ledesma, uno de los 69 jugadores que hicieron el corte del torneo luego de las primeras dos rondas.