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Un arte ancestral “Las ditas de Papá”

Animado por sus ocho nietos, Ubaldo Luis Collazo creó un taller donde elabora artesanías inspiradas en la cultura taína

26 de mayo de 2024 - 8:00 AM

Don Ubaldo Luis Collazo comparte sus conocimientos en unos cursos que diseñó para ello, siendo el próximo el 14 de julio en el Colmado Tibes, en Ponce. (Xavier Garcia)

Don Ubaldo Luis Collazo creció en el barrio Tibes de Ponce, a donde se encuentra uno de los yacimientos indígenas de mayor antigüedad del territorio antillano.

Por esas tierras caminaron las primeras culturas que habitaron en el archipiélago borincano, entre estas, del periodo igneris o saladoide que, según la evidencia arqueológica, data de unos 300 años antes de Cristo y, por supuesto, los taínos.

Así que, no es de extrañar que Ubaldo experimentara algunas de las tradiciones indígenas, tal como aprendió de su madre Rufina quien utilizaba la higüera para confeccionar ditas o envases con el objetivo de limpiar el arroz, ventear el café o pilar el achiote, entre otros usos.

Sin embargo, el hombre trabajó en la construcción casi toda su vida hasta que le sobrevino un derrame cerebral en el 2000; situación que lo sacó de su rutina. La condición le ocasionó diversas complicaciones y calambres en las manos.

Para aliviar los efectos del accidente cerebrovascular, “en el 2019, un vecino, don Fernando, me regaló unas higüeras pa’ que yo le hiciera unas ditas a mis nietos que me visitan todos los viernes”.

Xavier Garcia
(Xavier Garcia)

Pero la tarea apenas empezaba, ya que Collazo fue animado por sus ocho nietos, “a limpiar las higüeras, enseñarles a ellos cómo limpiarlas y cómo mantenerlas como el primer día que la hicieron”.

Luego, “ellos vinieron y pegaron a pintarlas con una quebrada, flores, e hicieron seis ditas y le tomaron fotos para enviárselas a mi hermana Cecilia que vive en el Bronx, Nueva York”.

“Una tarde, me llegó una carta de mi hermana con un giro postal, diciendo que quería 36 higüeras igualitas de las que había preparado. Don Fernando, el vecino, me dijo que cogiera las higüeras que quisiera. Mi hermana me consiguió clientes en Mississippi, otras en Florida y así empezamos a exportarlas”, relató el hombre de 60 años.

Así nacieron ‘Las ditas de papá’, un taller creado por el artesano certificado en la cual confecciona ditas, jatacas, cafeteras, trompos, lámparas, pirograbado, quemado, tallado, lámparas y animales, entre estos, búhos, palomas, coquíes y careyes, entre otras piezas.

Además, elabora maracas ancestrales que eran utilizadas por el bohíque (médico, sacerdote, maestro y consejero del cacique) “que usaba la música como terapia para sanar”.

“De ahí surge la maraca porque no era un instrumento de mano, sino un instrumento que se utilizaba como bastón que se decoraba con piezas del bohíque, entre estos, huesos, caracoles y diferentes clases de semilla”, explicó.

Xavier Garcia
(Xavier Garcia)

Igualmente, detalló que, en Puerto Rico “hay más de 36 clases de higüera y hay 125 clases de higüera desde América del Sur, subiendo hacia la Florida y bajando hacia las Antillas”.

“Es un caminar donde los igneris y taínos hicieron ese caminar. Entonces, ¿por qué la higüera es algo importante para nuestros ancestros? Hay higüeras en que puedes cargar hasta cinco galones de agua y lo utilizaban, lógicamente, para cargar el agua dulce en sus canoas”, contó.

“Adicional a eso, con la semilla se hace una bebida, con la membrana de adentro se hacen tizanas que son para cuando la mujer da a luz, para su limpieza. O sea, que era multiusos, pero a la misma vez, después de eso servía de envase, ya sea para los alimentos, para cargar agua, para hacer jataca que es como una cuchara y la utilizaban para los baños”, agregó.

Su interés principal es continuar enseñando a sus nietos y a otras personas, especialmente niños, a elaborar esta clase de utensilios e instrumentos que provienen de la cultura taína.

Xavier Garcia
(Xavier Garcia)

“En mí, estaba la forma de cómo limpiarla y esa parte quise enseñársela a mis nietos para que ellos vieran cómo era el proceso de tener una dita, el valor de la dita, porque no solamente es algo que es tuyo, sino que tú lo fabricas y lo puedes utilizar muchas veces. Una dita puede durar 30 años si es cogida en la luna menguante o la cuarta creciente; es como la madera”, sostuvo.

“Nosotros andamos toda el área sur buscando higüeras. Sabemos cuántas vamos a recoger, cuánto tiempo se tardan que, en muchos casos se pueden tardar cuatro o cinco meses, dependiendo del valor que le den y si está detrás de una sombra, detrás del sol poniente donde el sol da por la tarde. Todos esos detalles se los he enseñado a mis nietos”, apuntó.

Entretanto, don Ubaldo se esmera en brindar talleres al lado del río para que “no se pierda la tradición”.

“La naturaleza hay que vivirla; al momento de fabricar algo ante la naturaleza es como si estuvieras tomando algo de esa naturaleza y hacerlo tuyo”, concluyó al destacar que uno de los próximos cursos de maracas ancestrales será el 14 de julio en el Colmado Tibes.

Para detalles puede llamar al 939-253-8648 o 787-347-2249 a través de Soraya Tours.

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