La percusionista puertorriqueña Sonia López siempre brilló en el escenario, desde donde lideraba y dirigía su orquesta mientras transmitía una energía indiscutible a través de las congas.

Tras su fallecimiento el pasado 12 de abril, a sus 80 años y a causa de una fibrosis pulmonar, la mañana del domingo sirvió para honrar su memoria y, a través de su gran banda musical, celebrar su vida y contagiar al público que hizo acto de presencia en los actos fúnebres, celebrados en el Teatro Braulio Castillo de Bayamón, que abrió sus puertas desde las 10:00 de la mañana.

Al fondo, una enorme pantalla iba mostrando fotografías de López, no solo en su trayectoria como artista, sino también como madre, abuela, bisabuela y amiga. Al lado de la orquesta, llamaban la atención unas congas especiales con un sello de edición limitada. Estas le fueron regaladas cuando firmó con la compañía LP y, en esta ocasión, sirvieron para portar flores junto a la portada de la “Historia de la Salsa”; una publicación en la que aparece como protagonista. Cerca también estaba la bandera de Puerto Rico, tierra que siempre amo y, a cambio, esta le profesó amor y respeto.

Su féretro se mantuvo abierto entre familiares y amigos que le hacían guardia de honor. Además de las fotografías y flores, su banda musical se escuchaba de fondo. Con ellos disfrutó una carrera musical que se extendió por seis décadas, y con ellos, hoy su primogénita Sonia Palmira cantaba y bailaba para honrar a su madre.

“Sonia López, sé que estás con nosotros aquí presente. Hoy estamos celebrando la vida de una mujer alegre, dinámica y luchadora. Vamos a celebrar su vida como a ella le hubiese gustado hacerlo. Era una mujer alegre, que en donde quiera que iba montaba el party. Nunca pensé que la historia de la música de Sonia López hubiese calado tan profundo en todo Puerto Rico. La cantidad de publicaciones hablando bellezas de nuestra señora madre ha sido impactante para mí y toda la familia. Siempre la veíamos como madre, fuerte y trabajadora, pero no te das cuenta de ese baluarte que tienes en tu casa y que es tu madre”, expresó al público una de sus hijas, la locutora radial y presentadora Deddie Romero, quien invitó a los músicos a que ofrecieran anécdotas entre cada tema musical que iban tocando. Incluso, esta llegó a entonar la canción “Quimbara”, de Celia Cruz.

Asimismo, Romero destacó que su madre fue “la primera percusionista mujer que se paró frente a una tarima con las congas en un stand, con un tarje de brillo, en tacas, pulseras, peinada y maquillada, que tocaba espectacularmente bien, que dirigía su orquesta y les daba las instrucciones, que era fuerte de carácter”.

Desde el vestíbulo, los ciudadanos que llegaban para darle su último adiós pudieron apreciar una memorabilia de la conguera, que incluía un sinnúmero de fotografías, accesorios y hasta vestidos que usó en sus presentaciones, sombreros, congas y otros instrumentos de percusión, así como discos compactos, entre otros.

Sus hijos la recordaron como una mujer de pueblo que, luego de tocar en algún evento o fiesta patronal, se quedaba más tiempo para compartir con su gente.

También explicaron a El Nuevo Día cómo cumplieron con la voluntad de su madre quien, al estar lúcida en todo momento, firmó la documentación requerida para no ser intubada. De igual modo, dejó por escrito que no quería ser incinerada.

“Ella quería estar con la caja abierta, bien bella”, declaró Deddie, que, por también ser cantante, a los 12 años se ganó el apodo de “La Salserita”. Junto al maquillista de su madre, Manolo, Deddie contó que se dedicaron a arreglarla, peinarla, maquillarla, ponerle pestañas, y hasta pintarle las uñas, para que luciera en el féretro como ella anhelaba.

“Este proceso ha sido interesante porque yo sabía que la gente la quería en este país, pero yo no sabía la magnitud de a dónde había calado el nombre de mami”, dijo con sorpresa la locutora radial de “El Relajo”, que transmite en la emisora La X, y quien, además, estuvo acompañada por su hija, la artista Didi Romero.

Del mismo modo, los cuatro hermanos reconocieron que su madre le abrió el camino a mujeres percusionistas alrededor del mundo al dirigir una orquesta y ser, ella misma, una percusionista.

Por esa misma línea, Radamés, el benjamín del hogar y a quien sus hermanas consideraban el favorito, relató cómo su madre requirió que se le hiciera un atril específico para poder tocar las congas de pie y no entre las piernas, como suelen hacer los varones. Asimismo, señaló que hasta poco antes de su muerte, López disfrutaba verse bien, y no quería que le vieran caminar con bastón ni con oxígeno.

“Fue la precursora en tocar congas de pie al frente de su orquesta. Eso antes no se daba. Eran los hombres con las congas metidas entre las piernas, y ella decía, no, yo soy una mujer, yo no me voy a meter la conga porque cuando tenga traje...”, agregaron acerca de su progenitora, quien bien vestida y en tacones tocaba hasta por cuatro horas.

Los hermanos también detallaron que desde hace unos años, por razones de salud, ya la conguera no estaba al frente de su orquesta, algo que extrañaba demasiado pues esa siempre fue su pasión. “Cuando ella se trepaba a la tarima, ella se le olvidaba todo. Ella era como si se le quitara la enfermedad y todo lo que tenía”, manifestó Deddie.

Para otra de las hijas de López, Widalys, su mamá era una luchadora. “Nos enseñó que aunque estuviéramos en el hoyo más profundo de nuestras vidas, teníamos que salir a flote, a costa de lo que fuera. Y si nosotras solas no podíamos, ella estaba ahí, nos halaba y nos decía, ‘pa’lante, te quiero bien vestida, bonita y pestañas arregladas’. Si nos veía desaliñadas, como uno dice, ahí estaba mami para decir, ‘levántate’. Se encargaba de toda su familia, incluyendo sus nietos y sus bisnietos”, narró sobre quien fue exaltada al Salón de la Fama de la Música en 2018.

Recordaron también cuando, hace 24 años, López superó un diagnóstico de cáncer de colon y, entre todos los hijos asumieron el rol de López en la orquesta para continuar generando ingresos y cumplir con los contratos que ya estaban pautados.

Entre los presentes en los actos fúnebres, estuvo el alcalde de Bayamón, Ramón L. Rivera, hijo, al igual que su padre, exalcalde de la ciudad bayamonesa. Este último contó a este diario, que, mientras fue alcalde, Sonia López y la Gran Banda siempre participaron de las tradicionales fiestas patronales.

“Ella se me acercó para que la contratáramos y poder sobrevivir. Le dije, ‘te voy a ayudar’, y en todas las fiestas patronales ella tenía una participación. Ella conmigo era sumamente elegante y muy seria, era muy cuidadosa con su música, su arte y las habilidades que tanto disfrutaba. La gente la admiraba mucho al ver su habilidad en las congas. Ella se ganó el respeto y el cariño de la gente porque tenía una capacidad de transmitir, que eso tiene un valor incalculable”, expresó el exalcalde, de 95 años.

Desde hace un tiempo, la veterana directora musical estaba sufriendo complicaciones de salud. Hace unos días, además de solicitar oraciones para su madre, Deddie Romero también había informado que López tuvo que entrar a sala de operaciones.

“Todo el mundo pensaba que esa operación que se le hizo, que era para removerle un coágulo que tenía en una arteria del pulmón, pues le iba a dar el aire que ella necesitaba. Lamentablemente, ahí los médicos se dieron cuenta de la etapa en la cual se encontraban los pulmones de mami, que era etapa 3. Así que ella estaba bien avanzada en su fibrosis pulmonar, por lo se la dificultaba muchísimo respirar”, explicó.

De igual modo, destacó su fortaleza, pues esperó a ser dada de alta del hospital el miércoles y el jueves falleció en la residencia, donde tuvo oportunidad de despedirse de sus hijos.

“Ella esperó estar en su casa para ella morir. Ella no quería morir en el hospital. El cambio, que era lo que yo no entendía, fue tan drástico de mami, de la que estaba en el hospital, a mami, la que llegó a la casa. Estaba donde quería estar. Se despidió de sus cuatro hijos. Cuando llegó mi hermano, que fue el último que llegó, ella pues se le fue en un momento dado y la revivieron porque faltaba yo. Llegué como a las siete y pico de la noche y aunque me dicen que ella ya no estaba hablando ni comiendo. Cuando llegué al cuarto, ella me dice, ‘dame una hora’. Me lo dijo ella y estaba mi esposo al lado, quien se fue del cuarto, me dejó con ella. Ahí yo la besé, la abracé, le dije lo mucho que la amaba, lo importante que era para nosotros, todo lo que había hecho por nosotros. A la 1:30 de la mañana falleció. Así de fuerte era”, detalló la presentadota de “PR En Vivo”, que transmite por TeleOnce.

El lunes, 15 de abril, los restos de la conguera estarán expuestos desde las 12:00 p.m. en la Funeraria Álvarez en Bayamón, en un momento que será exclusivo para amigos y familiares. El martes, 16 de abril, se llevará a cabo el sepelio en el cementerio Porta Coeli, de ese mismo municipio.