Todos tenemos un sistema interno que nos guía en los momentos en que más lo necesitamos. En ocasiones por no estar atentos, no escuchamos esa voz interior que siempre está con nosotros. El Universo nos ha equipado con un sistema de alarmas que  hay que escuchar.

¿De qué se compone este sistema que nos guía? De nuestras emociones. De acuerdo con Gregg Braden, escritor y científico norteamericano, hay dos clases de emociones primarias: el amor y el miedo.  Del amor surgen la alegría, el gozo, la felicidad; del miedo surgen el odio, la tristeza, la depresión y la rabia, entre otros sentimientos. Asimismo, expone que el sentimiento es la unión del pensamiento y la emoción, destacando que la emoción es energía en movimiento.

La energía es aquello que permite que los planetas en el Universo se muevan y que todo esté en vibración: la vida, la luz, una corriente eléctrica o el sonido del viento. La Ley de la Conservación de la Energía dice que ésta no se pierde ni se destruye, sino que se transforma. La energía todo lo mueve, todo lo une y todo lo sostiene.

Los nuevos científicos han probado que, además de reacciones químicas, tenemos un escudo energético al que se le llama aura o campo electromagnético. Los seres humanos estamos conectados energéticamente a todo el Universo (uni = uno). Somos uno y estamos compuestos de átomos, moléculas y células, pero al mismo tiempo actuamos de manera independiente, pues tenemos diferentes experiencias y modos de ver la vida.

Cuando piensas en algo agradable, la energía sube y estás sincronizado(a) a la energía del Universo. Si tienes pensamientos de rabia, rencor o preocupación tu energía baja y estás invitando a tu vida -sin saberlo- algo que no deseas.

El Universo responde cuando existe armonía. No es posible tener una emoción negativa como la preocupación y a la misma vez estar en sincronía con lo que de verdad deseamos tener en nuestra vida. Por lo tanto, si queremos manifestar lo mejor es necesario entender que nuestra energía debe estar en la más alta frecuencia vibratoria. Esto lo logramos generando pensamientos de amor y alegría.

Sentimientos de ansiedad, desesperación, coraje, rabia, son indicadores de que no estás alineado(a) con lo que deseas y vas a alejarlo de tu vida aún sin quererlo. Cuando estás preocupado por el pasado o el futuro interfieres con tu sistema interior y puedes tomar decisiones que no son las mejores para ti. Somos imanes y vamos a atraer a nuestra vida lo que sentimos. Cuando te sientes bien, estás conectado a la fuente de energía y es la clave para la manifestación de tus deseos. ¿Qué puedes hacer para sentirte bien en momentos de mucho reto? Piensa en algo positivo, en algo que te da paz. Cuando te sientas preocupado, con miedo o coraje pregúntate: ¿Esto va a hacer que la situación mejore? ¿Hay algún beneficio para mí de yo continuar con esta actitud? Siempre  puedes escoger y cambiar el foco.  En ese momento repite “Escojo sentirme bien y feliz ahora”.

Para cambiar una frecuencia negativa a positiva piensa en algo por lo cual estás agradecido. La energía del agradecimiento y la apreciación hace que la energía suba  creando un bien mayor para ti. Enfócate, por lo menos 15 segundos, en lo bueno que hay en tu vida y agradécelo. Esos 15 segundos anulan todo lo negativo que hayas estado pensando y sobrepasa por más de diez veces cualquier energía de baja frecuencia que hayas generado.  Si puedes hacer esto durante diez veces en el día, vas a manifestar grandes cambios en tu vida.
Toma acción y esta semana hazte el firme propósito de sentirte bien, feliz y generar solamente pensamientos de alta frecuencia vibratoria. Verás como cosas maravillosas se revelan ante ti.

La autora es coach certificada. Puedes contactarla a través del correo maprem@onelinkpr.net.