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Una persona con trastornos del sueño pierde el control en los horarios de alimentación, incrementa la ingesta de comida y se vuelve sedentario. (Shutterstock)
No lograr alcanzar un sueño profundo y reparador puede provocar el sentir mal humor e irritabilidad, emociones que repercuten en el rendimiento del día siguiente.

Frenar, hacer una pausa, desconectar. Dejar de lado las actividades del día y soltar las preocupaciones. El descanso es uno de los momentos más preciados y sagrados que tienen los individuos. Un tiempo perfecto para recargar energías, y serenarse.

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