Kiara Rodríguez se sostuvo de la disciplina, la consistencia y la perseverancia para emprender su negocio, mientras continúa enfocada en la educación para mantenerse a la vanguardia de este campo.
Kiara Rodríguez se sostuvo de la disciplina, la consistencia y la perseverancia para emprender su negocio, mientras continúa enfocada en la educación para mantenerse a la vanguardia de este campo. (David Villafane/Staff)

La vida da giros insospechados, a veces con algunos tropiezos y dificultades, pero también con experiencias memorables y aleccionadoras que te impulsan a alcanzar hasta lo inimaginable.

Así lo ha sido para la empresaria Kiara Rodríguez, quien ya puede decir, que a sus 28 años comienza a vivir lo que fue un sueño anhelado, afianzada de sus diferentes pasiones, que van desde el arte y la educación, hasta el cuidado, lo estético y el bienestar.

Esta joven, oriunda de Luquillo, llegó hasta Río Piedras para hacer una carrera en Educación de Arte e Historia en la Universidad de Puerto Rico, mientras toda su vida, desde los cinco años se la había dedicado al baile.

En una escuela especializada en bellas artes fue instruida en todo tipo de baile, incluyendo clásico y urbano, hasta la edad de 21. Sin embargo, una lesión la hizo tomar una pausa obligatoria como bailarina. Ese momento de frustración lo transformó en una oportunidad de ir tras otras cosas que le gustaban, para de ese modo también mantener el ritmo de vida acelerado al que estaba acostumbrada.

“Esa lesión lamentablemente me dejó un poco desanimada, bastante triste. Estuve un año sin poder entrenar baile, que era lo que hacía. Ese tiempo lo ocupé haciendo algo que me gustaba y fue tomar un curso de técnica de uñas por el periodo de un año, que en un inicio fue sin ningún tipo de interés para trabajar, sino como para ocupar el tiempo”, indicó la manicurista certificada.

Al terminar su certificación como técnica de uñas, encontró perfecto el atender unas pocas clientas en su apartamento, en lo que continuaba sus estudios universitarios y laboraba a tiempo parcial en el servicio al cliente de un gimnasio. Así estuvo hasta el paso del huracán María por la isla, que se quedó desempleada y optó por vender todo lo de su negocio para ponerse al día en sus cuentas pendientes. Al fin y al cabo, siendo una apasionada por la educación, dedicarse a ser maestra era el máximo empeño de esta joven, quien al culminar su bachillerato, rápidamente se integró al sistema educativo privado.

De manera simultánea, su interés como técnica de uñas resurgió, y combinó ambos intereses mientras se informaba sobre cómo se estaba desarrollando la industria de las uñas a nivel mundial.

“Decidí tomar la educación continua aquí en Puerto Rico, con una colega que en ese momento estaba siendo pionera en una técnica muy conocida actualmente llamada manicura rusa. Comencé en agosto 2018 y ya en diciembre de ese año mi agenda estaba totalmente llena. Estaba teniendo dos ‘full time’, trabajaba de 7:30 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde en el colegio y de cuatro a 11:00 de la noche atendiendo clientas en mi apartamento”, dijo la educadora independiente.

En resumen, de unas pocas clientas, pasó a más. De un cuarto en un apartamento, a un local en la avenida Andalucía, en San Juan. Del cierre de ese local por la pandemia, a tener que desocuparlo al regreso eventualmente por tratarse de un edificio enfermo, y perder su equipo. Volver a empezar desde cero, mudarse a otro local cercano, para luego llegar hasta donde finalmente su corazón le dictó.

“No tuve ninguna guía. He cometido muchos errores como empresaria y he ido aprendiendo en el camino. Inicialmente, sí tuve el apoyo de una amiga abogada y también de otra amiga contable, pero pues todo inicialmente lo comencé a hacer yo. Ahora tengo un equipo que me ayudan a operar de manera correcta el negocio. Pero el proceso se ha sido bien duro, he tenido que aprender que los errores cuestan y cuestan bastante, así que ha sido un proceso de crecimiento en todos los sentidos. Pero, estoy orgullosa de eso, y más que nada porque he aprendido, para bien o para mal, han sido pruebas, con las que al final he tenido una recompensa, la de aprender, y creo que eso es lo más importante”, resaltó.

La disciplina, la consistencia y la perseverancia en abundancia, es vital para emprender su negocio, mientras continúa enfocada en la educación para mantenerse a la vanguardia de este campo.

Pinta de rosa la Avenida Universidad

Su meta estaba clara: unir ambas profesiones, fusionarlas y hacer que funcionara. En su incipiente carrera como empresaria, desde el pasado mes de julio vive una nueva etapa que la ubica cerca del recinto riopedrense, su alma máter. En plena Avenida Universidad, el color rosado –en su interior y exterior-, se apropia de un nuevo establecimiento, que permite combinar el trabajo de manicurista con el de educadora, su otra pasión, al que llamó Kokoh Nails Bar. Justo al lado tiene el Institute of Nail & Arts y Kokoh Nails Shop.

“Desde el año pasado estuve buscando un espacio por mucho tiempo por la zona de Río Piedras. Cuando me mudé a San Juan, Río Piedras fue el espacio que me recibió y que significa mucho para mí. Le tengo mucho cariño. De hecho, yo resido en Río Piedras desde siempre, desde que vine como estudiante y aún en la actualidad. Así que la intención de mi negocio a este espacio es devolverle la vida que tenía Río Piedras hace unos años atrás y también devolverle un poquito de eso que me regaló en los años como universitaria”, destacó la joven, quien en el 2019 viajó hasta Las Vegas para capacitarse, adiestrarse con una compañía canadiense dedicada a todo tipo de geles para las uñas.

“Así es que me convierto en una de las educadoras de esa compañía en Puerto Rico, a la que también represento. Akzentz es una compañía bien importante en la industria a nivel global. El nivel de pruebas es bastante elevado y actualmente solamente somos dos en Puerto Rico que poseemos la certificación. Eso me comenzó a dar estatus aquí en Puerto Rico y también a nivel internacional”, contó la empresaria.

Kiara le dio un toque práctico y elegante, a la vez que mantiene altos estándares en lo que es la salud y el bienestar de sus clientes. En aquello locales totalmente abandonados, visualizó el espacio perfecto para emprender su nueva ruta, que conllevaba un proceso de remodelación y rehabilitación, que le tomó desde octubre hasta julio pasado. Un salón está destinado para ofrecer servicio y el otro lo ocupa su instituto y un “showroom”, una tienda de productos de uñas.

“Cuando entren a este espacio, queremos que los clientes vean nuestra marca, que desde un inicio se estableció como todo rosa. No es mi color favorito, pero por alguna razón desde siempre se estableció ese color. Así que queríamos que cuando las personas entraran, vieran nuestra marca y sintieran que estaban en un espacio que les provee para hacerse padipedicura, manicura, que tienen ese ‘pampering’ y más que nada tranquilidad, que tuvieran paz y que pudieran tener esos servicios que buscamos ahora que más que nada, ahora hacerse las uñas es como una experiencia”, informó la educadora acerca de Kokoh Nails Bar.

Además del arreglo de las uñas de las manos y los pies, ofrecen servicios especializados única y exclusivamente en la salud de las uñas, incluyendo el que todos los geles que utilizan son hipoalergénicos.

Trabajamos otro tipo de servicios, como las quiropedias, que son pedicuras clínicas en las que se trabajan enfermos como pie diabético y personas que tengan problemas de circulación y demás. Estamos entrenados y certificados para trabajar ese tipo de clientes. Si hay casos en los que no podamos intervenir, les instamos a que visiten a un podólogo, pero nosotros hacemos esas primeras intervenciones”, dijo acerca de los servicios del establecimiento, donde atienden por cita previa.

Algunas de las estaciones donde se realizan pedicuras, en la nueva localidad de Kokoh Nails Bar, en la Avenida Universidad, en Río Piedras.
Algunas de las estaciones donde se realizan pedicuras, en la nueva localidad de Kokoh Nails Bar, en la Avenida Universidad, en Río Piedras. (David Villafane/Staff)

Impacto en la educación

Tener contiguo al Institute of Nail & Arts, le permite ofrecer cursos de educación continua, desde lo más básico, como desinfección, esterilización, manicuras y clases de gel, hasta las certificaciones de Akzentz. “Hemos desarrollado un curso de técnica de uñas global que se va a ofrecer a finales de septiembre, con duración de un año, para un total de 900 horas. Claramente, con este curso buscamos poder impactar no solamente a esta comunidad, sino a todas esas personas que quieran venir a educarse en nuestra institución. Estoy segura que es el currículo más actualizado de la industria en la isla entera en lo que se refiere a técnica de uñas”, detalló Rodríguez.

Asimismo, en el Kokoh Nails Shop tiene disponible diversas marcas de gel, incluyendo una marca propia, llamada Boga, accesorios para uñas y marcas de implementos, entre otros equipos para manicuristas que tienen a la venta.

El Institute of Nail & Arts es donde la empresaria local Kiara Rodríguez, imparte sus conocimientos y las herramientas necesarias para certificar a manicuristas.
El Institute of Nail & Arts es donde la empresaria local Kiara Rodríguez, imparte sus conocimientos y las herramientas necesarias para certificar a manicuristas. (David Villafane/Staff)

Con dos libros a su haber

A la vez que se mantiene centrada en continuar desarrollando el espacio, Kiara comparte sus conocimientos a través de un libro que lanzó el año pasado, llamado “Un mani bien cabrón”, uno educativo, dirigido exclusivamente para las manicuristas, donde se les instruye todo acerca del trabajo que realizan en mesa, incluyendo un artículo de una quiropráctica que informa acerca de la postura. Lo tiene disponible en su tienda física y su tienda en línea. Al momento, se distribuye en España, Argentina y México, con la ventaja de que esta industria, según señala, no hay mucha información actualizada escrita y menos en español.

“Siguiendo esta labor, ahora en septiembre lanzo mi segundo libro que se llama ‘The icon bible’, también en español. Es un libro informativo, pero además es un workbook. Está hecho para que las manicuristas puedan ahí hacer trabajos, como por ejemplo, hacer una planificación del día o de lo que es la manicura. Tienen un espacio para ellas, poder diseñar sus manicuras y escribir qué colores van a usar”, explicó.

La educadora independiente Kiara Rodríguez es la autora del libro educativo "Un mani bien cabrón", exclusivamente para las manicuristas.
La educadora independiente Kiara Rodríguez es la autora del libro educativo "Un mani bien cabrón", exclusivamente para las manicuristas. (David Villafane/Staff)
💬Ver comentarios