A eso de las 9:00 a.m. de este lunes, los empleados unionados del Hospital El Maestro, en Hato Rey, recibieron el pago de la nómina correspondiente al viernes pasado cuando la institución hospitalaria se quedó sin fondos para cumplir con el salario de todos sus trabajadores.

El hospital confirmó a El Nuevo Día que desembolsó un total de $145,000 como parte de la nómina de los 152 empleados representados por la Unión General de Trabajadores (UGT).

En total, la institución emplea a 270 personas. Todavía queda pendiente de recibir su pago los empleados gerenciales y administrativos. Se espera que reciban su salario esta semana.

Empleados unionados consultados por este diario confirmaron que recibieron el pago -mediante cheque- y se mostraron aliviados ante la situación.

La semana pasada, Juan Cortés, portavoz de la UGT, confirmó que entre los trabajadores hay un ambiente de incertidumbre por las condiciones económicas del patrono.

El hospital se quedó sin dinero para pagar el salario de sus empleados debido a que ciertos planes médicos le adeudan unos $780,000 por servicios ofrecidos hace 30 a 90 días, explicó el presidente de la junta de directores de El Maestro, Víctor Bonilla, en una entrevista previa con este medio.

Luego de que se reveló el incumplimiento del hospital, algunos planes médicos comenzaron a ponerse al día, aseguró Cosette Donalds Brown, portavoz de prensa de la institución médica.

Entre los planes médicos que emitieron desembolsos figura PROSAAM, el plan de salud de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), supo este diario.

No obstante, en caso de que el hospital reciba la totalidad del dinero, solo tendría flujo de efectivo para cumplir con el pago de la nómina -que asciende a $220,000- en unas tres ocasiones.

“El ambiente continúa de incertidumbre y los empleados están muy preocupados por este escenario. Los trabajadores que se mantienen en el hospital son de muchos años, que han dado su vida a trabajar por la institución. Los empleados nuevos no se quedan, porque al ver estas situaciones de que no cobran, renuncian y buscan otras alternativas”, expresó Cortés.

Ante el incumplimiento del hospital, Bonilla reconoció que el “tiempo se está agotando” para resolver la situación financiera. La venta de los activos está descartada, ya que perderían $151 millones asignados por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) para la reconstrucción de las instalaciones.

El hospital analiza acogerse a la Ley de Quiebras federal o adjudicar o seleccionar una entidad que se encargue de la administración de los servicios médicos.

“En un mes o mes y medio, debemos decidir lo que vayamos a hacer con el Hospital El Maestro. El tiempo se está agotando. Lo que no se hizo en décadas me ha tocado hacerlo”, reclamó Bonilla.

Hasta la mañana del viernes pasado, un poco menos de 40 pacientes permanecían admitidos en El Maestro, que cuenta con 125 camas autorizadas por el Departamento de Salud.