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Mantienen viva la compra de juguetes tradicionales

Aunque los negocios dedicados a la venta de juguetes han mermado, artesanos y jugueteros mantienen la producción para la Navidad 

15 de diciembre de 2025 - 11:10 PM

Rafael Cardona Rodríguez y su esposa Rosa Colón Hernández confeccionan entre 300 a 400 juguetes de madera para venderlos en la época de Navidad, a través de Mi artesano PR, una empresa familiar que arrancó en el tiempo de pandemia. (Xavier Araújo)

Decenas de empresarios puertorriqueños especializados en la elaboración o reventa de juguetes convencionales se esmeran por capitalizar algunas ventas, en tiempos donde los equipos electrónicos predominan entre los gustos de las nuevas generaciones.

Sin embargo, la cifra de negocios de juegos y juguetes ha continuado en descenso, según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, en su informe sobre las Industrias Creativas 2021-2022, el cual detalla que, entre 2010 a 2021, la cantidad de establecimientos de este tipo se redujo de 67 a 21.

En tanto, el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), registra que, en la isla hay unos 127 artesanos certificados en el renglón de juguetes, entre estos, Rafael Cardona Rodríguez y su esposa Rosa Colón Hernández.

La pareja residente en Bayamón confecciona entre 300 a 400 juguetes de madera para venderlos en la época de Navidad, a través de Mi artesano PR, una empresa familiar que arrancó en el tiempo de pandemia.

“Hago muchas artesanías, entre estas, pirograbados, torno, bolígrafos, pilones y seguía buscando qué era lo que me llenaba como artesano”, indicó Cardona Rodríguez, certificado en 2012.

“Cinco días antes del paso del huracán María (2017), tenía un estrés bien salvaje como parte de mi trabajo en tecnología y, vi un pedazo de madera, cogí una caladora de mano e hice un carrito. Luego cogí otro pedazo de madera y noté que me llamaba la atención”, recordó el carolinense de 58 años.

“Varios días antes del encierro por la pandemia, compré $800 en madera. Gracias a Dios, durante la pandemia nunca me aburrí porque estaba haciendo juguetes. Entonces, empecé a anunciar los juguetes por Facebook y la gente me pedía desde sus casas”, relató.

Uno de los casos que marcó la nueva ruta fue cuando una madre le pidió un carrito sin armar, ya que quería que sus hijos tuviesen la experiencia de completarlo. Eso lo llevó a “hacer unos kits de carritos pequeños sin armar”.

“Meses antes de las navidades del 2021, el Instituto de Cultura Puertorriqueña me invitó a participar de Campechada y ahí se nos fue toda la mercancía. Entonces, vimos que era una gran ayuda económica porque, aunque trabajábamos los dos, era un ingreso adicional y a la gente le gustaba un montón”, confesó.

Entre los primeros juguetes elaborados para la Navidad de 2021, figura un tren “que sale como en $170 y, en esas navidades vendimos más de 40 trenes. Tuvo éxito”.

Actualmente, confeccionan una variedad de 30 juguetes para niños de 3 años en adelante, entre estos, aviones, helicópteros, carritos, trompos, tic tac toe, saltamontes, oruga, oruga-bandera, caballitos de palo y juegos didácticos.

Mientras que Rosa, quien se certificó en 2022, aseguró que, “los más populares son el saltamontes, el trompo y la oruga bandera”.

Cada temporada, hacemos entre 300 a 400 juguetes. Nos ha ido muy bien. Ya llevamos seis años. Esto desapareció en la década de los 90 y los adultos jóvenes que son ahora padres, cuando ven los juguetes, literalmente, me preguntan ¿dónde estaban estos juguetes?”, resaltó.

En cuanto a materiales, dijo, “usamos madera de pino porque es la más económica y para poder dejar unos precios bastante razonables. La pintamos con unos tintes que son libre de tóxicos, para que se vea la madera original”.

No obstante, Rafael admitió que, “las ventas eran brutales el primer y segundo año, al punto de que nos quedábamos sin juguetes, aunque no llevábamos tanto inventario como ahora, pero se vendía mucho más”.

“Lo que estamos analizando es que, para cuando el COVID, el gobierno dio muchos incentivos y la gente tenía más chavitos pa’ gastar, versus ahora que eso no ha ocurrido y la gente está bien aguantada. Es como una recesión”, lamentó.

El reto de insertarse a la venta por internet

Entre los retos que enfrenta la industria, según el artesano, “es que no hay mucho juguetero. Aquí tampoco están las tiendas grandes de juguetes como antes”.

“Ahora tenemos el reto de que, la gente compra mucho por internet, no les importa pagar los gastos de envío y ahí tenemos que competir con los precios. Pero estamos desarrollando una página que, actualmente está en construcción”, sostuvo.

De hecho, estos emprendedores han exportado sus piezas a Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Carolina del Norte, entre otros estados.

Gozan de ciertos beneficios

De otra parte, Cardona explicó que, como artesano certificado, goza de ciertos beneficios que no necesariamente tienen otros comerciantes, mediante la Ley 166 de 1995, conocida como la “Ley del Programa de Desarrollo Artesanal”.

Una de las ventajas, dijo, es que “tenemos $6,000 de exención contributiva, tampoco colectamos IVU; somos agentes no retenedores como artesanos certificados por DDEC y, además, participamos en actividades de gobierno sin que nos cobren por el espacio”.

“Nosotros vendemos en las ferias (artesanales) y el catálogo lo subimos a Facebook o lo enviamos por WhatsApp. Los juguetes se envían por correo, los recogen o nos encontramos en un punto medio”, manifestó.

Entretanto, adelantó que, una de sus metas para el 2026 es hacer unos 15 juguetes adicionales, especialmente, para niños con discapacidad intelectual, entre estos, autismo, síndrome Down, ciegos o con problemas de audición.

Juguetería al aire libre

Otros empresarios dedicados a la venta de juguetes prefieren sacar un permiso especial cada temporada navideña. Es el caso Betty Torres Alvarado quien se unió a la tradición ponceña de establecerse en un kiosco ubicado en la plaza Federico Degetau.

Por más de cuatro décadas, el espacio público se transforma en una juguetería al aire libre a donde se ofrecen artículos tradicionales, a precios que comienzan en $5.

La comerciante, natural de Coamo, mencionó que comenzó con la práctica en 2009, motivada por “conservar la tradición que, creo que ya tiene más de 40 años”.

“Entonces, que no se mueran las costumbres y tradiciones y, también sacar un poco a los niños de la tecnología que está encerrando a nuestras generaciones. Con estos juguetes que son más tradicionales, también llevarlos a que puedan comunicarse e interactuar más entre ellos y con sus pares”, resaltó.

Entre la mercancía que estará disponible hasta el Día de Reyes, “hay distintos juguetes, menos electrónicos, entre estos, caballitos de palo, muñecas de trapo, jueguitos de mesa, muñecas regulares, carritos, camiones y juguetes para bebés”.

“Son juguetes no bélicos. O sea, no vendo pistolas ni nada que tenga que ver con la actividad bélica; no lo patrocino”, recalcó al mencionar que el precio promedio de sus juguetes está entre $12 a $20.

Permiso temporero

Según la negociante, para sacar un permiso temporero que le permita vender juguetes en la época de Navidad, hay que cumplir con varios requisitos establecidos por el Municipio Autónomo de Ponce, entre estos, “registro de comerciante, planillas, patente y certificación de Bomberos”.

Asimismo, señaló que la inversión para cumplir con la documentación es de unos $300.

“El permiso, como tal, arranca de $150 en adelante y, a eso hay que añadirle el certificado de salud, certificación de Bomberos para sellos y el comprobante. Se van cerca de $300, más lo que invertimos en mercancía”, expuso.

“Ese permiso cubre para toda la temporada. Es un trámite fácil y el municipio también ayuda, por ejemplo, cuando hay personas mayores que, se le hace difícil bregar con la tecnología para solicitar sus documentos. Entonces, el municipio tiene personal que ayudan a hacerlo”, subrayó.

Igualmente, apuntó, “nos dan también las facilidades para vender y nosotros, lo que hacemos es que, habilitamos el kiosquito con todos los tablilleros, mesas, lo que sea y, arrancas a trabajar”.

“Es difícil calcular cuánto invierto en mercancía porque voy comprando durante el año. Siempre está el sobrante del año anterior y lo que hago es que voy agregándole con los distribuidores y me divido el gasto para que entonces, el gasto durante la temporada no sea tan fuerte”, acotó.

Al igual que Betty, mientras más se acerque el día de Navidad, más comerciantes se agregan a la dinámica, abonando a la actividad económica del centro urbano.

Según la administración municipal, este año hay seis kioscos en la zona y de estos, cuatro están destinados para la venta de juguetes.

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