Salinas -. Anuncian lluvia y, como una maquinaria industrial que a cierta hora le tocara echar a andar, los nervios de Wilfredo Méndez, un salinense de 74 años, comienzan a agitarse.
Salinas -. Anuncian lluvia y, como una maquinaria industrial que a cierta hora le tocara echar a andar, los nervios de Wilfredo Méndez, un salinense de 74 años, comienzan a agitarse.
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