Una agente de la policía de Chicago de origen puertoriqueño fue baleada y murió accidentalmente a manos der su compañero después de que persiguieran a un sospechoso hasta un apartamento y se toparan con un segundo sospechoso que portaba un rifle, dijeron las autoridades.

Krystal Rivera, de 36 años, llevaba cuatro años en el departamento y le sobrevive una hija de 10 años.

El compañero fue la única persona que disparó un arma, y los “disparos alcanzaron involuntariamente a la agente Rivera”, dijo el viernes el Departamento de Policía de la ciudad en un comunicado.

La autopsia reveló que le dispararon en la espalda.

Rivera murió en un hospital el jueves por la noche, menos de una hora después de recibir el disparo.

Sus colegas la habían llevado al hospital en un coche patrulla que se estrelló y se incendió debido a un mal funcionamiento, según el superintendente de policía, Larry Snelling. Luego fue transportada en otro coche patrulla.

La persona que supuestamente portó el rifle fue detenida, dijo la policía. No dijeron de inmediato qué cargos enfrentaría la persona.

El tiroteo ocurrió justo antes de las 10:00 p.m. del jueves cuando la unidad táctica de Rivera intervino con una persona sospechosa de tener un arma. La persona intentó huir, lo que dio paso a la persecusión que terminó en un apartamento. Los investigadores encontraron tres armas de fuego en la escena, dijo la policía.

Snelling llamó a Rivera “joven, vibrante y una gran trabajadora”.

Su madre le dijo al periódico The Chicago Sun-Times que había soñado con ser policía desde que era joven.

“Para mí, es un privilegio”, dijo Rivera al Sun-Times cuando se graduó de la academia en 2021. “Vengo de una familia de servicio. Ayudar a las personas necesitadas, ese es mi llamado”.