Una coalición de grupos, que van desde activistas medioambientales hasta nativos americanos que abogan por sus patrias ancestrales, se reunieron el sábado a las afueras de una pista de aterrizaje en los Everglades de Florida para protestar por la inminente construcción de un centro de detención de inmigrantes.

Cientos de manifestantes se alinearon en parte de la U.S. Highway 41 que atraviesa los pantanosos Everglades, también conocidos como Tamiami Trail, mientras camiones de volteo que transportaban materiales entraban pesadamente en el aeródromo. Los coches que pasaban tocaban el claxon en señal de apoyo mientras los manifestantes ondeaban pancartas pidiendo la protección de la extensa reserva que alberga a algunas tribus nativas y a varias especies animales en peligro de extinción.

Christopher McVoy, ecologista, dijo que vio un flujo constante de camiones entrando en el lugar mientras protestaba durante horas. La degradación medioambiental fue una de las principales razones por las que salió el sábado. Pero como comisionado de la ciudad del sur de Florida, dijo que las preocupaciones sobre las redadas de inmigración en su ciudad también alimentaron su oposición.

“La gente que conozco está llorando, y yo no estaba lejos de eso”, dijo.

Funcionarios de Florida han seguido adelante durante la semana pasada en la construcción del complejo apodado como “Alcatraz de los caimanes” dentro de las húmedas marismas de los Everglades.

El gobierno aceleró el proyecto en virtud de los poderes de emergencia de una orden ejecutiva emitida por el gobernador Ron DeSantis que aborda lo que él considera una crisis de inmigración ilegal. Esa orden permite al estado eludir ciertas leyes de compra y es por eso que la construcción ha continuado a pesar de las objeciones de la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, y activistas locales.

La instalación tendrá estructuras temporales como tiendas de campaña y remolques de alta resistencia para albergar a inmigrantes detenidos. El estado estima que a principios de julio tendrá 5,000 camas de detención de inmigrantes en funcionamiento.

Los defensores del complejo han señalado que su ubicación en los humedales de Florida, repletos de reptiles masivos como caimanes y pitones birmanas invasoras, lo convierten en un lugar ideal para la detención de inmigrantes.

“Claramente, desde una perspectiva de seguridad, si alguien escapa, ya sabes, hay muchos caimanes”, dijo DeSantis el miércoles. “Nadie va a ir a ninguna parte”.

Bajo el mandato de DeSantis, Florida ha realizado una agresiva campaña para el cumplimiento de las leyes de inmigración y ha apoyado la represión más amplia del gobierno federal contra la inmigración ilegal. El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha respaldado “Alcatraz de los caimanes”, que, según la secretaria del DHS, Kristi Noem, será financiado en parte por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.

Pero los líderes nativos americanos de la región han visto la construcción como una invasión a sus tierras sagradas, lo que provocó la protesta del sábado. En la Reserva Nacional Big Cypress, donde se encuentra la pista de aterrizaje, permanecen 15 aldeas tradicionales miccosukee y seminole, así como lugares ceremoniales y de entierro y otros lugares de reunión.

Otros han expresado preocupaciones sobre derechos humanos por lo que condenan como el alojamiento inhumano de inmigrantes. Las preocupaciones sobre los impactos ambientales también han estado a la vanguardia, ya que grupos como el Centro para la Diversidad Biológica y los Amigos de los Everglades presentaron una demanda el viernes para detener los planes del centro de detención.

“Los Everglades son un vasto sistema interconectado de vías fluviales y humedales, y lo que sucede en un área puede tener impactos dañinos aguas abajo”, dijo la directora ejecutiva de Friends of the Everglades, Eve Samples. “Así que es realmente importante que tengamos una idea clara de cualquier impacto en los humedales que esté ocurriendo en el sitio”.

Bryan Griffin, portavoz de DeSantis, dijo el viernes en respuesta al litigio que la instalación era una “operación de preparación necesaria para deportaciones masivas ubicada en un aeropuerto preexistente que no tendrá ningún impacto en el medio ambiente circundante”.

Hasta que el sitio se someta a una revisión ambiental integral y se soliciten comentarios públicos, los grupos ambientalistas dicen que la construcción debe detenerse. El rápido establecimiento de la instalación es una “evidencia condenatoria” de que las agencias estatales y federales esperan que sea “demasiado tarde” para revertir sus acciones si un tribunal les ordena hacerlo, dijo Elise Bennett, abogada principal del Centro para la Diversidad Biológica que trabaja en el caso.

Los posibles peligros ambientales también se extienden a otros aspectos de la vida de los Everglades, incluida una sólida industria turística donde los excursionistas caminan por senderos y exploran los pantanos en hidrodeslizadores, dijo la fundadora de Floridians for Public Lands, Jessica Namath, quien asistió a la protesta. Colocar un centro de detención de inmigrantes allí hace que el área sea poco acogedora para los visitantes y alimenta la idea errónea de que el espacio está en “el medio de la nada”, dijo.

“Todos aquí ven los gases de escape, ven las manchas de aceite en la carretera, ya sabes, escuchan el sonido y la contaminación acústica. Puedes imaginar cómo se ve por la noche, y estamos en un área internacional de cielo oscuro”, dijo Namath. “Es muy frustrante porque, de nuevo, hay tal desconexión para los políticos”.