McAllen, Texas — Los votantes decidirán el sábado si la sede de la compañía de cohetes de Elon Musk, SpaceX, en el sur de Texas, se convertirá oficialmente en una ciudada conocida como Starbase, cumpliendo el sueño del multimillonario de contar con un punto de referencia galáctico para un programa que espera que algún día lleve astronautas a Marte.

La aprobación es casi un hecho. La mayoría de las 283 personas elegibles para votar son empleados de SpaceX o están conectadas con la empresa, y viven dentro de las instalaciones.

Al cierre de la votación anticipada el martes, ya habían votado alrededor de 200 personas, según los registros electorales del condado de Cameron. La lista no incluía a Musk, quien votó en el condado para las elecciones presidenciales de noviembre. Se desconoce si Musk tiene la intención de participar en la votación del sábado.

El éxito electoral sería una victoria personal para Musk. Su popularidad ha disminuido desde que se convirtió en la cara pública —con todo y motosierra en mano— de los recortes federales de empleados y gastos del gobierno del presidente Donald Trump, y las ganancias de su compañía de automóviles Tesla han caído en picada.

SpaceX ha recibido un amplio apoyo de funcionarios locales por sus empleos e inversiones en el área. Pero la creación de una ciudad oficial de la empresa también ha suscitado preocupaciones sobre la expansión del control personal del magnate tecnológico sobre la zona, con la posible autoridad para ordenar el cierre de una popular playa y de un parque estatal para los lanzamientos.

Los esfuerzos complementarios a la votación de la ciudad incluyen proyectos de ley en la Legislatura estatal que trasladarían la autoridad para ordenar cierres del condado a la ciudad de Starbase.

Todas estas medidas se producen en momentos en que SpaceX ha solicitado a las autoridades federales un permiso para aumentar de cinco a 25 el número de lanzamientos desde el sur de Texas al año.

Musk propuso por primera vez la idea de Starbase en 2021. La ciudad en el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México, tiene solo alrededor de 1.5 millas cuadradas y es atravesada por apenas algunos caminos y cuenta con varios remolques y modestas casas de mediados de siglo.

Los funcionarios de SpaceX no han dicho mucho de por qué quieren una ciudad de la empresa y no respondieron a las solicitudes de comentarios.

“Necesitamos la capacidad de hacer crecer Starbase como comunidad”, escribió la gerente general de Starbase, Kathryn Lueders, a funcionarios locales en 2024 con la solicitud de llevar a votación el tema de la ciudad.

La carta decía que la empresa ya gestiona carreteras y servicios públicos, así como “la provisión de educación y atención médica” para quienes viven en la propiedad.

Los funcionarios de SpaceX han dicho a los legisladores que otorgar a la ciudad la autoridad para cerrar la playa agilizaría las operaciones de una empresa que tiene contratos con el Departamento de Defensa y la NASA.

Los lanzamientos de cohetes y las pruebas de motores de SpaceX, e incluso simplemente mover cierto equipo alrededor de la base de lanzamiento, requieren del cierre de una carretera local y el acceso al Parque Estatal Boca Chica y la playa Boca Chica.

Los críticos dicen que la autoridad para ordenar un cierre debería permanecer con el gobierno del condado, que representa a una población más amplia que utiliza la playa y el parque. El juez del condado de Cameron, Eddie Treviño, Jr., ha dicho que el condado ha trabajado bien con SpaceX y no hay necesidad de cambiar.

Otro proyecto de ley propuesto convertiría el incumplimiento de una orden de evacuación de la playa en un delito menor de Clase B punible hasta con 180 días de cárcel.

La South Texas Environmental Justice Network, que ha organizado protestas contra la votación de la ciudad y el tema del acceso a la playa, tenía planeado llevar una nueva marcha la noche del sábado, al cierre de las urnas.