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Desde finales de mayo, los conductores que transitan entre las carreteras PR-30 y PR-189, en Gurabo, han estado acostumbrándose a la nueva intersección de diamante divergente, un proyecto de la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT) que supone un modo distinto de conducir en Puerto Rico. Pero este no es el primer cruce poco común o innovador, en la isla, que puede causar cierta confusión entre conductores.