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Las áreas de arrecifes en Rincón, La Parguera y Ponce son tres de las más impactadas por los robos, aunque hay incidencia en toda la Isla. (Archivo / GFR Media)
Las áreas de arrecifes en Rincón, La Parguera y Ponce son tres de las más impactadas por los robos, aunque hay incidencia en toda la Isla. (Archivo / GFR Media)

El robo de corales y sus organismos asociados se ha convertido en un dolor de cabeza para el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), debido a los graves daños –a veces irremediables– que sufre el ecosistema a causa de la extracción indiscriminada.

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