Poco más de 258,000 clientes de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) –aproximadamente el 19% de los abonados– permanecían sin servicio de agua potable el jueves, una cifra menor a los 304,000 que se habían informado el miércoles, cuando se disipaban las últimas lluvias asociadas a la tormenta tropical Ernesto.

La cantidad de consumidores sin agua, sin embargo, había aumentado inicialmente hasta 350,000, que fue la cifra que el gobierno reportó en una actualización temprano el jueves, por lo que aproximadamente 92,000 clientes recibieron el servicio a lo largo del día. Los números al momento de esta publicación fueron recopilados por la AAA hasta las 4:00 p.m.

En entrevista con El Nuevo Día, la presidenta ejecutiva de la AAA, Doriel Pagán Crespo, precisó que, entre los 258,566 abonados sin servicio de agua, cerca del 60% se suplen de tomas que permanecen obstruidas por escombros o que mantienen una elevada presencia de sedimentos, mientras el restante 40% se sirve de plantas de filtraciones que están inoperantes por falta de energía eléctrica.

De acuerdo con la actualización de LUMA Energy a las 5:00 p.m., el 23% del país –unos 336,000 abonados– estaba sin servicio eléctrico, tras superar los 735,000 en la tarde del miércoles.

En una rueda de prensa junto al gobernador Pedro Pierluisi en Ceiba, Pagán Crespo abundó que, de sus 112 plantas de filtración, la AAA contaba con 83 disponibles, de las cuales 56 funcionaban con generadores eléctricos y las otras 27 se suplían de la red central.

Aunque el ojo de la tormenta Ernesto –y, por consiguiente, los vientos más potentes– pasaron al este de Puerto Rico, Pagán Crespo enumeró varios pueblos del centro de la isla como los más afectados en cuanto al servicio de agua potable.

“Los municipios más impactados en términos de servicio son Las Piedras, Orocovis, Adjuntas y Morovis. En todos ellos, ahora mismo, se está realizando la limpieza de las tomas”, indicó Pagán Crespo, quien aclaró que, si bien esos trabajos debían completarse en lo que quedaba de día, el restablecimiento del servicio podía demorar por otros factores.

“Nosotros no somos como LUMA, que conectan el cable y todo el mundo tiene luz. En el caso de nosotros, una vez se limpia la represa, esa agua se transfiere, ya sea a través de gravedad o bombeo, a la planta. Comenzamos a procesar el agua y ponerla en los parámetros que requiere el Departamento de Salud, y si hay mucha turbidez, eso requiere procesos adicionales para, una vez tener el tanque de distribución lleno, comenzar a distribuir”, puntualizó la funcionaria a este diario.

Al preguntársele por los trabajos pendientes más complejos, Pagán Crespo mencionó las plantas de filtración de Orocovis, Caguas Sur y Aguas Buenas.

“Orocovis, aparentemente, tuvo una obstrucción bastante significativa con los escombros, y ha sido la más compleja para limpiar. Fuimos a la represa de la planta de filtros de Caguas Sur; ya la limpiaron y la planta está operando, y debería estar en distribución ahora o próximamente. De ahí, nos movimos a Aguas Buenas, a la represa de la planta de filtros Minillas, donde fue impresionante el nivel que alcanzó el río”, comentó la presidenta ejecutiva a eso del mediodía.

La tormenta Ernesto –ahora huracán categoría 2–, que en su punto más cercano a Puerto Rico registraba vientos en torno a las 60 millas por hora y dejó sobre seis pulgadas de lluvia en las islas municipio de Vieques y Culebra, y pueblos como Naguabo y Cidra, no había provocado mayores daños en la infraestructura de agua potable o los alcantarillados, señaló Pagán Crespo, aunque todavía se podrían descubrir averías adicionales según se limpian las tomas.

No obstante, la funcionaria explicó que, en la estación de bombas conocida como Dos Millones, en Arecibo, las fluctuaciones de voltaje provocaron un fallo en los motores.

“Tenemos brigadas allí trabajando y cerca de 20,000 clientes afectados” por esa avería, precisó Pagán Crespo.