Faltaba más de una hora para el mediodía, pero, en las mesas decoradas con manteles azules, en La Fondita de Jesús, no cabía un alma más. Entre un murmullo interminable, decenas de hombres intercambiaban miradas y esperaban por su almuerzo, mientras una joven cantaba la próxima jugada de bingo: “¡G-53!”. No era un día más allí, a donde suelen acudir por un plato de comida o una ducha; esta vez, celebraban el Día de los Padres.

En el área donde los participantes esperaban el festín, que luego se encendió con un repertorio de merengue y otros géneros musicales en vivo, una de las paredes estaba adornada por papeles en los que los hombres expresaron su sentir más temprano. Un papel leía: “Soy un padre abandonado”.

“La mayor parte de nuestros participantes sin hogar, más de un 60%, son varones. Muchos de ellos son padres, tristemente muchos desconectados de sus familias porque viven las circunstancias de estar sin hogar, pero se merecen también, en el espíritu del día, que los celebremos y les brindemos ese apoyo y ese cariño en comunidad, que es lo que hacemos aquí en La Fondita”, compartió este viernes la directora ejecutiva de la organización, Geraldine Bayrón Rivera, durante la celebración de la tradicional fiesta en honor a los padres.

Entre los progenitores presentes, estaba José Armando Germosén Méndez, de 65 años, quien en 2020 quedó en la calle tras perder su empleo. Durmió a la intemperie por cerca de dos años, en el área de Barrio Obrero y en plena pandemia de COVID-19, hasta que llegó a La Fondita de Jesús, donde le asistieron a encontrar un hogar y continúa recibiendo servicios.

Germosén Méndez tiene cuatro hijos y tres nietos, pero no mantiene comunicación con ninguno; a dos de sus hijas, incluso, no las conoce. Es muy cuidadoso al escoger sus palabras y reconoce que mantiene sus emociones cerca del corazón. “No expreso mis sentimientos”, dijo, pero agradeció la asistencia que le ha brindado La Fondita de Jesús.

También disfrutaba de la actividad Antonio Figueras Fuentes, quien precisamente celebraba sus 81 años. El hombre no tiene contacto con sus tres hijos, que residen en Cuba, de donde es oriundo. “Pasan meses y años, y uno no recibe cartas. (…) Qué le voy a hacer, vivir, sobrevivir, no hay más nada. Cada cual tiene su destino”.

A la pregunta de qué significa para él ser padre, a pesar de la distancia y las circunstancias, su voz se eleva al contestar: “Significa todo, hombre. Ave María, eso significa una virtud en la vida, tener hijos y saberlos valorados, que te valoren. De acuerdo a la enseñanza que tú les das, ellos te responden”.

Bayrón Rivera destacó que la actividad de este año para progenitores sin techo y en riesgo de quedar en la calle es el primer gran evento, como parte de la celebración del 40 aniversario de la organización que lidera, y que cumplirán en diciembre.

“Es parte de hacer comunidad con ellos, que se sientan que, aunque muchas cosas se sienten fuera de los esquemas sociales, sepan que tienen en La Fondita de Jesús una casa en donde ellos son parte de todas estas celebraciones y con dignidad, con respeto y con amor”, compartió. “Lo importante es saber que todos merecemos que esos padres se celebren, no importa las circunstancias que puedan estar viviendo”.

En 2024, la organización atendió a más de 6,000 personas no duplicadas, entre ellos, personas sin hogar y personas en riesgo de quedar en la calle. A lo largo de los 40 años de labor, mencionó Bayrón Rivera, han observado el cambio en el perfil de los participantes, que quedó retratado durante la celebración por el Día de los Padres; en su mayoría, los presentes eran adultos mayores, una población en aumento. Además, según la directora ejecutiva, muchos de los que llegan en busca de asistencia fueron abandonados por familiares, particularmente luego del paso de los huracanes Irma y María, en 2017.

“Lo más común antes era que la persona en calle, especialmente varones, eran usuarios de sustancias o (pacientes) de salud mental, o ambos. Y sí, eso existe, pero, cuando tú ves los números como han ido creciendo y ese perfil ha ido cambiando, tienes muchos adultos mayores con condiciones físicas, de salud mental, en calle, que tristemente las estructuras gubernamentales no proveen para poder trabajar con toda esa población”, abundó, al destacar que, a pesar de los desafíos y la lucha para erradicar la pobreza, “principalmente seguimos con la misión de erradicar el sinhogarismo, porque todos tenemos derecho a tener un techo”.

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