La comunidad de la parroquia Stella Maris, en Condado, solicitó al vicario pastoral, fray Gerardo A. Vargas Cruz, que interceda ante la decisión del arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, de suspender al párroco Antonio José Vázquez Colón, luego de que este supuestamente cancelara una misa al encontrarse indispuesto por el presunto consumo de alcohol.

En la misiva, los feligreses expresaron “el profundo dolor” que les embarga ante la salida de Vázquez Colón, conocido como padre Tito, quien dirigió la parroquia durante los pasados 18 años.

“Fuimos informados de esta decisión, la cual ha sido recibida con enorme tristeza y consternación por todos nosotros, conscientes de la labor incansable y generosa que ha realizado padre Tito entre nosotros”, expresó la comunidad.

“Su ministerio ha sido un ejemplo vivo de entrega pastoral, construyendo una comunidad fundada en el amor, la compasión y el perdón, y logrando que la ‘Casa Común’ fuera una realidad: un templo abierto para todas y todos, sin distinción, donde cada uno ha sido recibido con dignidad y misericordia”, agregaron.

En la carta, la comunidad, a su vez, resaltó la labor del sacerdote con sectores vulnerables como los personas sin hogar, personas que sufren con adicciones y en situación de pobreza.

“Es doloroso comprender que, en este tiempo, quienes han sido llamados a vivir la misericordia y a orar por sus hermanos elijan, en cambio, el camino del juicio y la condena. Nadie es perfecto, y es precisamente por esa humana debilidad que reconocemos la necesidad del amor que todo lo perdona y todo lo restaura”, señalaron los feligreses.

“Rogamos que se anteponga la caridad a todo aquello que nos divida, y que, en nombre del Evangelio que proclama la compasión sin límites, se reconsidere la decisión de separarlo de nosotros”, sostuvieron.

La decisión del arzobispo fue comunicada a través de una carta escrita y firmada por él, con fecha del 21 de junio.

De acuerdo con la agencia de noticias EFE, en dicha misiva, el monseñor explicó que fue alertado sobre la situación con el párroco tras recibir una carta del sacerdote César Santos.

González Nieves indicó, no obstante, que esa misiva llegó a manos de los parroquianos y “lamentablemente dejó de ser una carta privada entre un sacerdote y su obispo”.

“Dicha carta me informaba acerca de unas circunstancias dolorosas en la parroquia con respecto a la condición de salud de su párroco, como, por ejemplo, una misa que se canceló recientemente por indisposición del párroco debido al uso de alcohol”, detalló el arzobispo, según la Agencia EFE.

En la misiva, el monseñor también habría indicado que “desde hace algunos años” ha conversado con padre Tito “acerca de su lucha con el alcohol, confiando en su mejoría”.

El arzobispo, además, habría asegurado que le solicitó al sacerdote que se sometiera a un tratamiento residencial para sacerdotes con adicciones, pero este se negó.

En su lugar, el padre Tito le habría pedido al arzobispo acogerse a un programa individualizado con un psicólogo en Puerto Rico. Sin embargo, en la carta, González Nieves habría sostenido que “han pasado dos años sin alguna mejoría”.