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La Junta Examinadora de Terapia Física suspendió la administración de la reválida para asistentes de terapia física que estaba pautada para junio, debido a que el recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) no ha completado la confección del contenido del examen.
De esta manera, la prueba solo se administrará este año en diciembre, lo que deja en una mala posición a, al menos, dos universidades que dependen de los resultados de dicho examen para mantener la acreditación de sus programas de grado asociado de terapia física.
“La totalidad de las preguntas necesarias para la reválida del 28 de junio de 2023 no han sido redactadas a la fecha en que se aprueba la presente resolución. Por tanto, la Junta desea honrar el compromiso establecido con todos los programas académicos en el país de manera de que todas las preguntas de reválida sean redactadas por un ente externo”, lee una resolución aprobada el 15 de mayo por la Junta Examinadora de Terapia Física.
La reválida de los asistentes de terapia física ha sido objeto de controversias por varios años, sobre todo luego que los recintos de Humacao y Ponce de la UPR y Huertas College perdieron el año pasado las acreditaciones que otorga la Comisión para la Acreditación de Educación en Terapia Física (CAPTE, por sus siglas en inglés) a sus grados asociados en Terapia Física. Mientras, la agencia acreditadora decidió el pasado 25 de abril revocar la acreditación de los programas de la Universidad Interamericana, recinto de Ponce, y el de NUC University, en Bayamón, según las notificaciones publicadas en la página web de CAPTE. La Interamericana y NUC tienen hasta el 9 de junio para apelar la decisión, antes que sea final.
En todos los casos, los únicos señalamientos en contra de las universidades puertorriqueñas se deben a incumplimiento con el porcentaje mínimo de egresados que pasan la reválida.
La reválida se ofreció el pasado 28 de diciembre y, a nivel isla, la pasaron 13% de los aspirantes a asistentes de terapia física, precisó la decana asociada de Asuntos Académicos del recinto de Ponce de la Interamericana y exdirectora del programa de Terapia Física, Katherine Rivera González.
Los reglamentos de CAPTE establecen que el 85% de los egresados de un programa académico deben pasar la reválida a un año de graduarse para estar en cumplimiento con la agencia acreditadora.
El Nuevo Día ha reseñado las denuncias, desde el año pasado, de directores de programas académicos y líderes universitarios sobre problemas con la reválida, que fue modificada en 2015 y que no se ha ofrecido de forma consistente.
La presidenta de la Junta Examinadora, Flora Muñoz, defendió la integridad de la prueba y sostuvo que, a petición de las universidades, se accedió a revisar el contenido con preguntas confeccionadas por un ente externo. Se seleccionó el recinto de Ciencias Médicas, que tiene un programa de doctorado en Terapia Física, pero no de grado asociado.
“Ellos están trabajando en esa redacción de la reválida, el proceso va a ser igual. Pidieron listados de los libros que usan los programas, ellos los dan a los ‘item writers’ (redactores de preguntas). Dentro de esos ‘writers’ hay asistentes de terapia física”, sostuvo Muñoz, previo a la determinación de posponer para diciembre la prueba que se ofrecería en junio.
Precisamente, líderes universitarios solicitaron participación de asistentes de terapia física en la confección de la reválida y no solo terapistas físicos, pues su preparación es distinta.
La desacreditación de todos los programas de asistentes de terapia física pone en riesgo la disponibilidad, a futuro, de estos profesionales en la isla. En el Senado se presentó un proyecto de ley para crear una nueva ley para reglamentar la práctica de la profesión de Terapia Física o Fisioterapia.
En su artículo 13, la el proyecto del Senado 1161 dispone que solo podrán tomar la reválida los egresados de un programa de Fisioterapia o de asistente de terapia física que esté acreditado por CAPTE. Actualmente, pueden tomar la reválida los egresados de programas no acreditados. Al 24 de mayo, solo queda acreditado por CAPTE el programa de doctorado de Terapia Física del recinto de Ciencias Médicas, ninguno de los de grado asociado, según la información disponible en el portal de la agencia acreditadora. Estos son los únicos dos grados académicos que se otorgan en esta disciplina.
“Teniendo los programas en esa situación, si tú escribes en un proyecto de ley que que los programas tienen que estar acreditados, estarías cerrando todos los programas. Los estudiantes que gradúas no pueden revalidar, (entonces) no podrían trabajar”, señaló Rivera González.