El S-80, la última joya de la Armada española, tenía un problema de flotación que lo resolvieron agrandándolo, pero ahora no cabe en su muelle
El S-80, la última joya de la Armada española, tenía un problema de flotación que lo resolvieron agrandándolo, pero ahora no cabe en su muelle
Había que renovar la flota de submarinos de España y para ello el Ministerio de Defensa decidió invertir 2,132 millones de euros ($2,495) para construir cuatro sumergibles S-80. Todo iba bien hasta que la máquina fue puesta a prueba, en 2013. Entonces se descubrió un error en el diseño que podía poner en riesgo la flotabilidad del submarino. Para decirlo claro: existía la posibilidad de que el S-80 Isaac Peral se hundiera y nunca más regresara a la superficie.
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