Ciudad del Vaticano - En su primer sermón como pontífice, el papa León XIV dijo a los cardenales que lo eligieron que cualquiera que ejerza la autoridad en la Iglesia Católica debe “achicarse”, para que sólo Cristo permanezca.

Desde entonces, en palabras y hechos, León ha parecido decidido a casi desaparecer en el papel. El tímido misionero agustino ha evitado el protagonismo de los pontífices pasados, que acaparaban los titulares, en favor de una forma de ser papa menos llamativa y más reservada.

León XIV desaparecerá aún más este fin de semana, cuando comience unas vacaciones de seis semanas en su primer descanso desde su histórica elección el 8 de mayo. León está retomando la tradición papal de escapar del calor romano para disfrutar de los climas relativamente más frescos de Castel Gandolfo, el refugio de verano papal en el lago Alban, al sur de Roma.

Las personas que conocen y trabajan con León XIV esperan que utilice estas semanas alejado del ojo público y de la rutina diaria de las audiencias del Vaticano para comprender los problemas más apremiantes que enfrenta la iglesia. Dicen que es un gerente metódico, trabajador y bien preparado, que quiere leer informes completos, no sólo los resúmenes ejecutivos, antes de tomar decisiones.

Aquí hay un vistazo a la tarea de verano de León XIV, los expedientes pendientes que puede estar estudiando desde ahora hasta el 17 de agosto entre chapuzones en la piscina, paseos por los jardines y misas, oraciones y visitas ocasionales en la ciudad.

Después de su elección, León XIV volvió a nombrar a todos los prefectos del Vaticano hasta nuevo aviso, por lo que la maquinaria de la Santa Sede sigue funcionando con la vieja guardia en su lugar. Pero esperan algunos nombramientos importantes, sobre todo para ocupar su antiguo puesto como prefecto de la oficina que examina los nombramientos de obispos.

León XIV también tiene que decidir quién será su número 2, el secretario de Estado del Vaticano. Ese puesto, el equivalente a un primer ministro, todavía lo ocupa el elegido por Francisco, el cardenal Pietro Parolin, quien fue un aspirante sin éxito en el cónclave que eligió a León como papa.

Incluso antes de tener a su gente en su lugar, León XIV tiene que abordar uno de los problemas más apremiantes que enfrenta la Santa Sede: sus problemáticas finanzas. El Vaticano tiene un déficit estructural de alrededor de 50 millones a 60 millones de euros ($59-71 millones) y un déficit de 1,000 millones de euros ($1,180 millones) en su fondo de pensiones.

Hay muchos casos de alto perfil de clérigos sexuales que se agravaron durante el pontificado de Francisco que ahora están en el escritorio de León XIV. El primer papa estadounidense de la historia será observado de cerca para ver cómo los maneja, ya que no puede alegar ignorancia sobre el abuso o su dinámica, dada la devastación que los escándalos han causado en Estados Unidos.

León XIV ya ha dicho que es “urgente” crear una cultura de prevención en la iglesia que no muestre tolerancia hacia ninguna forma de abuso, ya sea abuso de autoridad o abuso espiritual o sexual.

En ese sentido, no hay caso más apremiante que el del reverendo Marko Rupnik, un famoso artista de mosaicos que fue expulsado tardíamente de los jesuitas después de que sus superiores determinaron que abusó sexual, psicológica y espiritualmente de dos docenas de mujeres adultas y monjas. Aunque el caso no involucró a menores, se convirtió en un problema tóxico para Francisco debido a las sugerencias de que Rupnik recibió un trato favorable en el Vaticano bajo el papa jesuita.

Casi dos años después de que Francisco cediera a la presión para reabrir el expediente de Rupnik, el Vaticano finalmente ha encontrado abogados canónicos externos para escuchar el caso, dijo a los periodistas la semana pasada el jefe de la oficina de doctrina del Vaticano, el cardenal Victor Manuel Fernández. Apenas en marzo, Fernández había dicho que estaba teniendo problemas para encontrar candidatos dispuestos. Ahora que Francisco está muerto, el caso puede ser menos delicado políticamente, incluso cuando los partidarios del sacerdote mantienen su inocencia.

Otro dolor de cabeza legal que enfrenta León XIV es qué hacer con el cardenal Angelo Becciu y el “juicio del siglo” del Vaticano, que se dirige a la fase de apelaciones en septiembre. El tribunal penal de la ciudad-estado en 2023 condenó a Becciu y a otras ocho personas por una variedad de delitos financieros derivados de la fallida inversión de 350 millones de euros ($412 millones) de la Santa Sede en una propiedad de Londres.

Pero el juicio en sí fue problemático, con afirmaciones de la defensa de que no se respetaron los derechos básicos de la defensa, ya que Francisco intervino en varias ocasiones a favor de los fiscales. En los meses transcurridos desde que se dictaron los veredictos, ha habido nuevas revelaciones de que los gendarmes y fiscales del Vaticano aparentemente estaban en contacto regular con una mujer que estaba entrenando al testigo estrella para que testificara contra Becciu. El que alguna vez fuera un cardenal poderoso ha denunciado los contactos como evidencia de que su condena fue orquestada desde el principio, desde la cima.

León XIV, un abogado canónico, puede querer mantenerse alejado de todo para tratar de dar al tribunal la impresión de ser independiente. Pero Leo finalmente tendrá que decidir qué hacer con Becciu, quien se recusó del cónclave pero sigue siendo un cardenal con un estatus muy poco claro.

León XIV ha dicho que su prioridad como papa es la unidad y la reconciliación en la iglesia. Muchos conservadores y tradicionalistas esperan que eso signifique que trabajará para sanar las divisiones litúrgicas que se extendieron durante el papado de 12 años de Francisco, especialmente en Estados Unidos, sobre la antigua misa en latín.

En 2021, Francisco restringió el acceso de los católicos comunes a la antigua liturgia, argumentando que su difusión estaba creando divisiones en la iglesia. Al hacerlo, Francisco revirtió a su predecesor, el papa Benedicto XVI, quien en 2007 había relajado las restricciones a su celebración.

El cardenal Raymond Burke, una figura destacada del campo conservador y tradicionalista, dijo en una conferencia reciente sobre la misa en latín que había hablado con León XIV sobre la necesidad de “poner fin a la persecución actual de los fieles” que quieren adorar según el antiguo rito.

“Espero que tan pronto como sea posible retome el estudio de esta cuestión e intente restaurar la situación tal como estaba” bajo la reforma de Benedicto, dijo Burke.

León XIV también ha identificado la inteligencia artificial como un problema apremiante que enfrenta la humanidad, lo que sugiere que podría haber un documento de algún tipo en proceso.

También se está estudiando cuándo comenzará a viajar y a dónde.

León XIV tiene una invitación permanente para emprender el último compromiso extranjero incumplido de Francisco: conmemorar el 1,700 aniversario del Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico del cristianismo, con una visita a Turquía. Leo ya ha dicho que una visita está en proceso, posiblemente a finales de noviembre.

Más allá de eso, León XIV ha recibido muchas invitaciones: el vicepresidente JD Vance extendió una invitación de Trump para visitar Estados Unidos, pero Leo se mostró reacio y ofreció un evasivo “en algún momento”. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lo invitó a visitar Kiev, pero el Vaticano bajo Francisco había rechazado una visita papal allí a menos que también se pudiera organizar una a Moscú.

Mientras tanto, la antigua diócesis de Chiclayo, Perú, de León XIV está esperando que su obispo regrese a casa, y luego está Argentina, que nunca recibió una visita papal del primer papa argentino.

Mientras tanto, los residentes de Castel Gandolfo anhelan que un papa regrese. Francisco había decidido no utilizar el retiro y, en cambio, pasó sus 12 veranos papales en casa, en el Vaticano. La ciudad se ha recuperado del impacto económico de los veranos sin papa, después de que Francisco abriera el palacio y los jardines papales al público como museo durante todo el año.

Pero los habitantes del pueblo no pueden esperar a que León XIV se instale y disfrute de las hermosas vistas al lago y las tranquilas noches estrelladas de la ciudad. Dicen que es el lugar perfecto para que un papa descanse, lea, escriba y piense en privado.

“Recuerden, muchas encíclicas fueron escritas aquí”, señaló el reverendo Tadeusz Rozmus, párroco de la ciudad.