Londres — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizará una segunda visita de estado sin precedentes al Reino Unido entre el 17 y el 19 de septiembre, cuando será recibido por el rey Carlos III y la reina Camila en el castillo de Windsor, según informó el lunes el Palacio de Buckingham.

Trump, un gran admirador de la familia real, particularmente del monarca, estará acompañado por su esposa, Melania Trump, durante la visita de tres días, confirmó el palacio.

Ningún presidente de Estados Unidos ha sido invitado a una segunda visita de Estado. Trump ya disfrutó de la pompa y el boato de la visita de Estado en 2019 durante su primer mandato, cuando fue recibido por la difunta madre de Carlos, la reina Isabel II.

La invitación para la segunda visita de Estado del rey fue entregada en mano por el primer ministro británico, Keir Starmer, en febrero durante una reunión en la Casa Blanca.

Después de leerla, Trump dijo que era un “gran, gran honor” y pareció particularmente complacido por el hecho de que se alojará en el castillo de Windsor, al oeste de la capital. “Es realmente algo”, dijo.

El precedente para los presidentes de Estados Unidos en su segundo mandato que ya han realizado una visita de Estado suele ser un té o un almuerzo con el monarca en el castillo de Windsor, como fue el caso de George W. Bush y Barack Obama.

Las visitas de Estado son reuniones ceremoniales entre jefes de Estado que se utilizan para honrar a naciones amigas y, a veces, para suavizar las relaciones entre rivales. Si bien el rey emite formalmente la invitación para una visita de Estado, lo hace por consejo del gobierno electo.

La visita se considera parte del esfuerzo de Starmer por mantener a Trump cerca y disminuir el impacto de algunas de sus políticas en el Reino Unido. La relación entre ambos parece amistosa y ha evitado que el Reino Unido se enfrente al tipo de fuertes aranceles estadounidenses que están viendo otras naciones.

Pero al igual que la visita anterior de Trump, es poco probable que sea bienvenido por todos. La última vez, un día de protestas vio volar un dirigible gigante que representaba a Trump como un bebé naranja enojado desde las afueras del parlamento.

Los legisladores del partido laborista de Starmer también han cuestionado si el honor debería extenderse a Trump en un momento en que está apoyando la guerra de Israel en Gaza y amenazando la soberanía de aliados como Canadá y Groenlandia.

Carlos también podría enfrentar algunos desafíos durante la visita porque es jefe de Estado tanto del Reino Unido como de Canadá, que Trump ha sugerido que debería convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos. Durante un discurso ante el parlamento canadiense en mayo, el rey destacó la “identidad única” y la “soberanía” de Canadá, al tiempo que se hizo eco de las palabras del himno nacional del país cuando dijo “el verdadero norte es de hecho fuerte y libre”.

Las visitas de Estado a Gran Bretaña son particularmente apreciadas por los jefes de Estado porque vienen con un complemento completo de pompa y circunstancia real, incluidas revistas militares, paseos en carruajes y un brillante banquete de Estado ofrecido por el monarca.

Los eventos normalmente tienen lugar en y alrededor del Palacio de Buckingham, en el centro de Londres. Pero al igual que la visita de Estado de la semana pasada del presidente francés Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, los Trump se hospedarán en el castillo de Windsor. El Palacio de Buckingham está siendo objeto de una extensa remodelación.