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Un escándalo más obliga a la monarquía británica a apartar al príncipe Andrés tras años de polémica

El príncipe mantuvo contacto con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein por más tiempo del que había admitido previamente

19 de octubre de 2025 - 10:34 PM

Andrés, de 65 años, es el segundo hijo de la fallecida reina Isabel II. Pasó más de 20 años como oficial en la Marina Real antes de dejarla para asumir sus deberes reales en 2001. (Kin Cheung)

Después de que surgieran correos electrónicos esta semana que mostraban que el príncipe Andrés mantuvo contacto con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein por más tiempo del que había admitido previamente, la Casa de Windsor finalmente se movilizó para aislar a la monarquía de años de titulares escandalosos sobre los amigos de dudosa reputación de Andrés y sus negocios sospechosos.

El Palacio de Buckingham publicó el viernes un comunicado de Andrés, en el que él decía que había acordado renunciar al uso de los últimos títulos reales que le quedaban para que las continuas acusaciones acerca de él “no sean un distractor del trabajo de Su Majestad”.

Las revelaciones de esta semana demostraron que Andrés había cometido el pecado imperdonable de engañar al público británico, apuntó Craig Prescott, experto en la monarquía y derecho constitucional en la Universidad Royal Holloway de Londres.

“Me parece que decir algo que se demuestra que no es cierto es la gota que derramó el vaso”, expresó.

Indicios de una nueva dirección

La medida se llevó a cabo en un momento en que Carlos, que tiene 76 años y está recibiendo tratamiento contra una forma de cáncer no revelada, trabaja para asegurar la estabilidad a largo plazo de la monarquía bajo su hijo y heredero, el príncipe Guillermo.

Recientemente, Guillermo concedió una entrevista en la que expuso su visión para la monarquía, diciendo que la institución necesitaba cambiar para asegurarse de que sea una fuerza para el bien.

“En algunos aspectos, el príncipe Andrés ha sido exactamente lo opuesto a eso”, comentó Prescott. “Y no hay espacio para eso en la monarquía moderna”.

Andrés, de 65 años, es el segundo hijo de la fallecida reina Isabel II. Pasó más de 20 años como oficial en la Marina Real antes de dejarla para asumir sus deberes reales en 2001.

Tras el anuncio del viernes, Andrés ya no usará sus títulos reales restantes, incluido el de duque de York, aunque técnicamente los retiene. Despojarlo formalmente de esos títulos sería un proceso largo que requeriría la acción del Parlamento.

Ya se veía venir desde hace tiempo

La expulsión de Andrés completa un proceso que comenzó en noviembre de 2019, cuando renunció a todos sus deberes públicos y su desempeño en obras de caridad.

Eso fue desencadenado por una desastrosa entrevista que Andrés concedió a la BBC, en un intento por contrarrestar los informes de los medios sobre su amistad con Epstein y negar las acusaciones de que Andrés sostuvo relaciones sexuales con una joven de 17 años, Virginia Giuffre, que fue traficada por Epstein en 2001. El príncipe fue ampliamente criticado por no mostrar empatía hacia las víctimas de Epstein y por ofrecer explicaciones inverosímiles sobre su amistad con el desacreditado financiero.

La entrevista también sembró las semillas de la agitación de esta semana, cuando Andrés le dijo a la BBC que había cortado el contacto con Epstein a partir de diciembre de 2010.

Periódicos británicos revelaron el domingo que Andrés le escribió un correo electrónico a Epstein el 28 de febrero de 2011. El príncipe redactó dicha nota después de que surgieran nuevos reportes sobre el escándalo del financiero multimillonario, diciéndole que estaban “en esto juntos” y que “tendrían que superarlo”.

Recientemente, Andrés ha enfrentado otra serie de historias sórdidas mientras los periódicos dan a conocer extractos de las memorias póstumas de Giuffre, que se publicarán el martes. Giuffre se suicidó en abril a la edad de 41 años.

En 2022, Andrés llegó a un acuerdo extrajudicial con Giuffre después de que ella presentara una demanda civil contra él en Nueva York. Aunque no admitió haber actuado mal, Andrés sí reconoció el sufrimiento de Giuffre como víctima de tráfico sexual.

Aunque Andrés señaló que continúa “negando vigorosamente” las acusaciones, la familia de Giuffre vio la renuncia al uso de sus títulos como una validación de los alegatos de sus memorias de que el príncipe actuaba como si el sexo fuera su derecho de nacimiento.

“Hemos derramado muchas lágrimas de felicidad y tristeza hoy”, declaró su hermano, Sky Roberts, a la BBC. “De muchas maneras, esto reivindica a Virginia”.

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Material de portada por razones negativas

El príncipe ha sido objeto de historias de periódicos sensacionalistas desde al menos 2007, cuando vendió su casa cerca del Castillo de Windsor por un 20% más del precio de venta de 15 millones de libras. Se informó que el comprador era Timur Kulibayev, yerno de Nursultan Nazarbayev, entonces presidente de Kazajistán, lo que generó preocupaciones de que el acuerdo fuera un intento de adquirir influencia en el Reino Unido.

El año pasado, un caso judicial reveló la relación de Andrés con un empresario y presunto espía chino que fue expulsado del Reino Unido por considerársele una amenaza para la seguridad nacional. Las autoridades estaban preocupadas de que el hombre pudiera haber hecho un uso indebido de su influencia sobre Andrés, según documentos judiciales.

Aunque el palacio indicó que Andrés había decidido renunciar a sus títulos reales, la historiadora real Sally Bedell Smith señaló que el rey, el príncipe Guillermo y toda la familia ejercieron una enorme presión sobre él.

“Creo que fue completamente forzado a hacer esto”, apuntó Smith, autora del libro “Prince Charles: The Passions and Paradoxes of an Improbable Life” (“El príncipe Carlos: las pasiones y paradojas de una vida improbable”).

“Ha tenido muchas oportunidades para asumir totalmente la responsabilidad de sus transgresiones, y no lo ha hecho. Así que creo que se le dio una elección bastante clara: o haces esto voluntariamente o tendremos que hacerlo de la manera difícil”, señaló.

Proteger a la monarquía en un momento delicado

Aunque el peso acumulado de los escándalos de Andrés exigía una respuesta de la familia real, las revelaciones de esta semana llegaron en un momento particularmente delicado para el rey mientras se prepara para una visita de Estado al Vaticano, donde se prevé que rece junto al papa León XIV.

La visita es muy importante para Carlos, quien ha hecho del puente entre las religiones una parte importante de su “mantra”, observó George Gross, experto en teología y la monarquía en el King’s College de Londres.

“Creo que esta fue la forma más veloz, realmente la más rápida de reducir aún más su estatus (de Andrés) sin tener que acudir al Parlamento”, comentó Gross. “Incluso si el Parlamento lo hubiera aprobado, lleva tiempo”.

Carlos también pudo haber estado motivado por un deseo de proteger el trabajo de la reina Camila, quien ha hecho de la lucha contra la violencia doméstica uno de los temas más importantes para ella, y el de la duquesa de Edimburgo, quien se ha abocado a combatir la violencia sexual en zonas de guerra como la República Democrática del Congo.

El rey albergará esperanzas de que este movimiento finalmente trace una línea entre Andrés y el resto de la familia real, expresó Prescott.

“Si hay acusaciones, o sale a la luz más información, todo recaerá sobre el príncipe Andrés”, señaló. “Han cortado el vínculo entre el príncipe Andrés y la monarquía como institución”.

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