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Chilenos acuden a las urnas para elegir presidente: hay preocupaciones como la inseguridad y la migración

En estos comicios, el voto será obligatorio por primera vez y hay una fuerte polarización entre izquierda y derecha

16 de noviembre de 2025 - 4:54 PM

Un trabajador electoral prepara las papeletas en un centro de votación durante las elecciones generales en Santiago de Chile, el domingo 16 de noviembre de 2025. (AP Foto/Natacha Pisarenko) (Natacha Pisarenko)

SANTIAGO - Preocupados por la inseguridad y la migración irregular, los chilenos acudían el domingo a las urnas para elegir presidente para los próximos cuatro años en unos comicios en los que por primera vez el voto es obligatorio y que están marcados por una fuerte polarización entre la izquierda y la derecha.

También se renovará la totalidad de la Cámara de Diputados y se elegirán 23 senadores en siete de las 16 regiones del país.

La votación se desarrollaba con “mucha normalidad”, aseguró el ministro de Interior, Álvaro Elizalde, a los periodistas.

Voto obligatorio

El voto es obligatorio en esta jornada después de la promulgación de una ley en 2022 que, además, estipula multas que pueden sobrepasar los 100 dólares para quienes se ausenten. Anteriormente el sufragio sólo era obligatorio para los electores que se hubieran registrado previamente.

“A mí no me hace problema el voto obligatorio”, dijo a The Associated Press la corredora de seguros Aura Ruiz, de 54 años. “Es lo mínimo que uno debe hacer para ejercer algún derecho”.

El saliente presidente Gabriel Boric fue uno de los primeros en sufragar y acudió acompañado de Violeta, su hija nacida en junio. Se detuvo a saludar y sacarse fotos con algunos simpatizantes que lo esperaban en un colegio de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile.

“Chile es una familia y pese a las diferencias vamos a estar juntos siempre”, dijo a los periodistas antes de la votación.

Mantener el oficialismo o girar a la derecha

Ocho candidatos aspiran al sillón presidencial, con la disputa centrada entre la permanencia del oficialismo, encabezado por la comunista Jeannette Jara, y un giro ideológico plasmado en la candidatura del republicano José Antonio Kast, uno de los referentes de la extrema derecha latinoamericana y quien aspira por tercera vez a La Moneda.

“Estoy convencido que podemos tener un buen resultado”, expresó un confiado Kast tras votar en un colegio de la comuna de Paine, en la región Metropolitana de Santiago, aunque se mostró cauto: “no quiero anticipar mis dichos respecto de una situación que aún no se da”.

Mientras Jara confía en sumar votos de la mano de sus logros como exministra del Trabajo del saliente gobierno -desde donde impulsó medidas como la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, la implementación de una ley contra el acoso laboral y la reforma de las pensiones - Kast ha prometido un “gobierno de emergencia” para devolver al país “el orden, la libertad y el respeto por las instituciones”.

La candidata del oficialismo fue la última en emitir su voto, en su comuna natal de Conchalí, al norte de Santiago. Rodeada por unos 300 simpatizantes, Jara caminó a pie las cinco cuadras que separan su casa del colegio electoral, un trayecto que se hizo largo y lento. Se tomó su tiempo para abrazar, saludar y hacerse fotos con los partidarios.

“Espero que la jornada se realice con un espíritu democrático importante”, dijo en una rápida rueda de prensa después de votar. “El voto define en gran medida lo que va a hacer nuestra vida en los próximos cuatro años”.

Además de Jara y Kast, disputan la parte alta de las preferencias otros dos candidatos de la derecha: la economista Evelyn Matthei y el libertario Johannes Kaiser, quien ha ganado aliento con un discurso que promete medidas “drásticas” contra la delincuencia y la inmigración irregular.

Kaiser acudió a votar en un colegio del cosmopolita barrio de Providencia, donde fue saludado por simpatizantes al grito de “Viva Chile”. En diálogo con la prensa, aseguró que apoyará a cualquier candidato de oposición que avance a segunda vuelta. “Mi respaldo va a ser irrestricto a quien sea que compita con la candidata del gobierno”, dijo.

Igualmente emitió su voto en horas de la mañana Matthei, quien expresó que confía en que pasará a la segunda vuelta. “Siempre he estado convencida”.

De acuerdo con las últimas encuestas, Jara y Kast se perfilan como los favoritos, pero ninguno ha conseguido superar el umbral de 30% de apoyo, por lo que todo indica que se realizará una segunda vuelta el próximo 14 de diciembre.

Estos estudios anticipan una victoria de Jara en la primera vuelta, pero Kast se adjudicaría el probable balotaje al sumar los votos de otros tres candidatos derechistas: Matthei, Kaiser y Franco Parisi.

Para resultar electo cualquiera de los aspirantes debe superar el 50% de las papeletas válidas, lo que le otorga a los indecisos -que representan cerca del 20% del electorado- un papel clave en estos comicios.

“Hay una parte importante del electorado que está desideologizado. No le cree ni a la izquierda ni a la derecha pero quiere respuestas”, dijo a AP el analista político Guillermo Holzmann. “Y ese electorado es el que no se refleja en las encuestas”.

Seguridad, migración y economía, los temas centrales

Pese a las diferencias ideológicas, los proyectos de los principales contendientes tienen similitudes respecto de los tres ejes centrales que han dominado la campaña: seguridad, migración y economía.

Todos han prometido medidas contundentes para frenar el aumento de la delincuencia, que incluyen la modernización de los aparatos policiales y el endurecimiento de las leyes contra el crimen organizado, así como controlar el flujo migratorio en Chile -donde se calcula que hay unos 330,000 extranjeros sin papeles-.

Fiel a su estilo de mano dura, Kast advirtió que expulsará a todos los que estén en situación irregular en el país, de unos 18 millones de habitantes, e instó a que “salgan de Chile hoy”.

“Espero que (con Kast) tengamos seguridad, que tengamos un bienestar y que volvamos a la tranquilidad que siempre hemos soñado de caminar tranquilos por la calle”, apuntó la republicana Liliana Maraboli, una gestora administrativa de 60 años.

Jara no ha mencionado las deportaciones masivas, en cambio, su programa apunta al fortalecimiento del control fronterizo y propone a su vez la creación de un registro de extranjeros.

Jara “es comunista sólo de nombre. La derecha intenta presentarla como radical para asustar a la gente”, dijo Macarena Breke, una profesora de inglés de 27 años. “Para mí, Jara no es un símbolo ideológico; es una persona que consigue resultados”, agregó en alusión a sus logros al frente del Ministerio de Trabajo.

En materia económica, los candidatos prometen impulsar una economía que nunca logró recuperarse del todo de la pandemia de coronavirus, con un exiguo crecimiento de 0.2% en 2023 y 2.6% el año pasado.

Jara ha centrado sus propuestas en mantener y ampliar algunos beneficios obtenidos durante la gestión de Gabriel Boric, como la imposición de un salario mínimo de 750,000 pesos (unos 800 dólares).

Kast defiende un Estado mínimo y pretende poner en marcha un recorte fiscal de unos 6,000 millones de dólares en 18 meses, aunque no ha detallado la fórmula para concretar el ajuste. Aseguró, no obstante, que su propuesta de reducción de gastos no afectará la entrega de beneficios sociales.

Mientras tanto, la economista Matthei se ha comprometido con un crecimiento del 4%, crear unos 800,000 nuevos empleos formales y realizar un ajuste fiscal de 8,000 millones de dólares en cuatro años, recortando “gastos insuficientes” como las compras públicas y la burocracia estatal.

El plan económico de Kaiser apunta a liberar aún más la economía, con un Estado mínimo, fomento a los emprendimientos y reducciones de impuestos.

Los contrastes cuatro años después

Estas elecciones contrastan con las celebradas en 2021 cuando Boric, un exlíder estudiantil, derrotó con facilidad a Kast en la segunda vuelta gracias al apoyo de un electorado indignado por la creciente desigualdad.

Sin embargo, las restricciones económicas posteriores a la pandemia y la oposición legislativa limitaron las ambiciones de Boric. Mientras tanto, los robos de vehículos, los secuestros y la trata de personas acapararon los noticieros nocturnos, generando pánico incluso cuando las tasas de homicidio han disminuido en los últimos dos años.

“A algunos políticos les conviene vender la idea de que el país está en llamas, que todo se está desmoronando”, dijo Loreta Sleir, una joven de 27 años que paseaba a su perro cuando se dirigía al centro de votación, donde afirmó que votaría por Jara. “Pero esa no es la realidad”.

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La periodista de AP Isabel Debre contribuyó en esta nota.

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Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.

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