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prima:Sabías que… el asesinato de Juana Díaz es uno de los primeros crímenes de gran notoriedad en Puerto Rico

Los detalles del horrendo caso estremecieron a la isla e inmortalizaron a la víctima, bautizando con su nombre el poblado donde ocurrieron los hechos

2 de mayo de 2025 - 11:10 PM

Nota del editor
Este artículo es parte de la sección "Sabías que...", cuyo fin es recordar y comprender los eventos históricos que, de una manera u otra, tuvieron un impacto en nuestro país como lo conocemos al presente. Cuéntanos en la sección de comentarios qué otro evento te gustaría conocer.

Pocos días después del 23 de enero de 1695, la entonces isla de San Juan Bautista (hoy Puerto Rico) se estremecía al conocer el vil asesinato de una mujer en el barrio Capitanejo, cerca del río Jacaguas, en el Partido de San Germán, al sur de la prácticamente recién nacida colonia española.

El impacto del asesinato de la mujer fue tal que su nombre trascendió el tiempo, estableciéndose no solo como una leyenda, sino que se instituyó —103 años después— como nombre oficial del poblado donde se le arrebató la vida: Juana Díaz.

Aunque no se tiene una descripción física precisa de Juana, se cree que fue una joven mulata libre, que vivió en la zona que hoy lleva su nombre a finales del siglo XVIII y que estaba casada con un mulato liberto llamado Domingo de León.

Este había comprado su libertad con esfuerzo propio, trabajando en la tala de tabaco mientras ahorraba. Posiblemente ese también fue el caso de Juana Díaz, ya que los matrimonios de aquella época se hacían entre personas de una misma condición social.

Según el recuento histórico, la pareja había comprado un terreno de 20 cuerdas donde establecieron su hogar, así como una finca de tabaco.

"La mulata", por Diego Velázquez. Caldera Ortiz explicó que Domingo de León, esposo de Juana Díez, también se dedicaba en el clandestinaje al contrabando de tabaco.
"La mulata", por Diego Velázquez. Caldera Ortiz explicó que Domingo de León, esposo de Juana Díez, también se dedicaba en el clandestinaje al contrabando de tabaco. (Dominio público)

A finales del siglo XVII, Isla de Puerto Rico estaba dividida en dos “partidos”: el de San Germán y el de San Juan. Dentro del Partido de San Germán, recién se había fundado el “Sitio de Ponce” y el Capitanejo era una zona al este de este nuevo lugar.

Los detalles de este horrendo crimen fueron recogidos por las autoridades del Sitio de Ponce a través de años de investigación, que se recopilaron en un expediente de varios volúmenes y unas 9,000 páginas.

El crimen

Ese fatídico domingo de 1695, Juana se encontraba sola en su casa, pues su esposo posiblemente permanecía activo en la milicia de Ponce, custodiando las costas del sur.

Según explicó Luis Caldera Ortiz, historiador y autor del libro “Historia antigua de Juana Díaz”, De León había bajado por el río Jacaguas, en dirección a la costa, porque había sido reclutado para proteger la playa de piratas y contrabandistas ese fin de semana.

“En aquella época, el campesinado criollo estaba obligado a realizar algo como lo que hoy conocemos como ‘horas comunitarias‘, pero de forma obligatoria. Cuando había sospecha de clandestinaje y de barcos contrabandistas merodeando las costas, ellos hacían de guardacostas”, explicó el historiador a El Nuevo Día.

Súbitamente, sostiene el reporte de las autoridades, un desconocido entró sigilosamente a la residencia y sorprendió a la mujer en la cocina. El asesino logró golpearla y estrangularla.

“La golpearon en la cabeza con un garrote y luego la ahorcaron en el pasillo que daba a la ranchera (la cocina) en la humilde casita de dos cuartos. El incidente involucró a un esclavo fugitivo, pero el autor principal (e intelectual) del asesinato fue otra persona”, indicó Caldera Ortiz.

Transcripción oficial del caso de Juana Díaz en el Archivo de Indias, en España.
Transcripción oficial del caso de Juana Díaz en el Archivo de Indias, en España. (Colección Luis Caldera Ortiz)

Los sospechosos

Por el vil crimen, que impactó a la isla entera, se señaló a dos personas, explicó el historiador. El asesinato se le adjudicó a un esclavo llamado Felipe, condenado previamente a muerte y quien se encontraba prófugo; pero, como autor intelectual, se señaló a Francisco de Santiago, quien era vecino de Juana y su esposo.

Caldera Ortiz aseguró, sin embargo, que dentro de los folios del expediente del asesinato que se encuentran en el Archivo de Indias, en la ciudad española de Sevilla no existe ninguna evidencia de que haya habido una agresión sexual contra Juana, o que esa haya sido la motivación del crimen, a pesar de que Felipe fue acusado y condenado previamente a pena de muerte por un supuesto intento de violación.

“No creo que la haya habido (la agresión sexual) porque no se menciona en los documentos que existen del caso, aunque a la persona que se le achacó el asesinato, que era un esclavo fugitivo, estaba condenado a pena de muerte porque había tratado de violar a una mulata libre”, resaltó Caldera Ortiz, quien añadió que el asesinato de Juana Díaz fue un “trabajo por encargo”.

Por el asesinato y por su previa acusación, Felipe fue condenado y ejecutado, mientras que el autor intelectual fue enviado a la cárcel de El Morro por dos años. Sin embargo, explicó el historiador, De Santiago aparenta haber sido una persona sumamente “problemática”.

“(De Santiago) también se metió en líos allá (en El Morro). El gobernador Juan Franco de Medina lo sentenció a dos años de trabajo forzado en el castillo”, dijo, a la vez que explicó que, en aquella época, los presos condenados al castillo San Felipe del Morro tenían que ingeniárselas para conseguir su propia comida, pues el gobierno no les proveía ese “lujo”.

“Allí se metió con la esposa de un soldado y el soldado mató a la esposa porque tuvo una infidelidad con De Santiago”, relató.

Una fotografía posada de una mulata local. Algunos curiosos la observan al fondo. J. Murray Jordan (1861-1909) fue un fotógrafo y editor estadounidense activo a finales del siglo XIX y principios del XX en Filadelfia.
Una fotografía posada de una mulata local. Algunos curiosos la observan al fondo. J. Murray Jordan (1861-1909) fue un fotógrafo y editor estadounidense activo a finales del siglo XIX y principios del XX en Filadelfia. (Dominio público)

¿Cuál fue la causa?

Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), “feminicidio” se define como “el asesinato de una mujer a manos de un hombre, motivado por machismo o misoginia”. Entonces, ¿puede considerarse el asesinato de Juana Díaz como uno de los primeros feminicidios en récord en la historia de Puerto Rico?

Aunque Caldera Ortiz prefiere no mezclar términos modernos en el contexto de una época tan remota, lo cierto es que la motivación del crimen, según documentada en los folios oficiales, tiene un aspecto machista muy presente.

“La realidad es que la primera mujer asesinada no es, porque, obviamente, ya había casi 200 años de colonización, pero sí se podría decir que fue el primer caso impactante en el área sur de Puerto Rico que quedó ampliamente documentado”.

El historiador indicó, además, que, según señala el expediente del caso, el móvil provino de una diferencia entre Juana y su vecino.

“El esposo de Juana Díaz, Domingo de León, era un agricultor tabacalero y parece que sus plantas eran de muy buena calidad. Un día, el vecino (Francisco de Santiago) le pidió unas semillas regaladas. Al parecer ella intervino en la conversación diciéndole al esposo que no siguiera regalando semillas, y eso, aparentemente, le molestó al vecino”, explicó Caldera Ortiz.

“En aquella época era muy mal visto que una mujer intercediera en asuntos de los hombres. Eran tiempos diferentes y, por lo tanto, no se toleraba que las mujeres se expresaran libremente y posiblemente De Santiago lo percibió como una afrenta en su contra”, reconoció.

La difusión de la noticia

Caldera Ortiz subrayó la importancia del hecho de que la noticia del asesinato de Juana Díaz llegara hasta cada rincón de la isla tan rápido, tomando en consideración los medios de la época.

“Ella fue asesinada un 23 de enero, pero la noticia llega a San Germán en menos de tres días. Para poner esto en perspectiva, hay que tener en cuenta que en aquella época un viaje desde Ponce a la villa de San Germán podía tomar de cuatro a cinco días en caballo. Quiere decir que la noticia corrió de boca en boca y llegó más rápido”, añadió.

El historiador señaló que los primeros folios del expediente oficial del caso están dedicados únicamente a analizar la manera tan rápida en que la información se transmitió de un lugar a otro.

Interesantemente, la noticia también se difundió rápidamente mediante la creación de canciones populares donde se hablaba sobre detalles del asesinato y de rumores sobre los perpetradores, aspecto que las autoridades investigaron hasta la saciedad para resolver el crimen.

“Un elemento importante, también, es que en aquella época ya se estaban haciendo sonetos y cuartetas –lo que conocemos hoy como trova– en referencia a la muerte de Juana Díaz. En el expediente podemos encontrar esa dinámica, que las autoridades utilizaron esos sonetos para seguir con la investigación del caso. Eso le dio una idea de quienes eran los sospechosos”, indicó.

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