El exalcalde de Cataño Félix “el Cano” Delgado Montalvo contó este viernes cómo se fraguó el esquema de clientelismo político y sobornos, que confesó a las autoridades federales en el verano de 2020, y que finalmente llevó a que cuatro contratistas y cinco exalcaldes se hayan declarado culpables de cometer delitos de corrupción en Puerto Rico, en el último año y medio.
Delgado Montalvo habló por primera vez públicamente sobre el esquema de corrupción por el cual firmó un acuerdo de culpabilidad y cooperación el 30 de noviembre de 2021. El testimonio sucedió durante el juicio contra el exalcalde de Guaynabo Ángel Pérez Otero, quien enfrenta cargos por sobornos.
Cerca del mediodía, entró a la sala de la jueza Aida Delgado, en el Tribunal Federal de Hato Rey, vestido con gabán y corbata negra. Con rostro serio y hablar pausado, relató que, desde 2019, escuchaba “rumores” de que las autoridades lo estaban investigando. La preocupación aumentó al siguiente año, cuando supo que agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) ya habían acudido a las tiendas en las que compraba con el dinero del soborno y a la Corporación sobre el Fondo del Seguro del Estado (CFSE) en la cual su esposa, Roxanna Sifre, había sido nombrada como empleada de confianza.
“Me entra la preocupación porque sabía que estaba haciendo algo incorrecto”, dijo acerca de los sobornos que recibió del convicto empresario Oscar Santamaría Torres, quien le había asegurado que, mientras ninguno de los dos hablara, nada debían temer. Sin embargo, cuando los reportajes de prensa mencionaron a su esposa “me preocupa mucho más. Ahí, decido llamar a mi abogado”, rememoró sobre el origen de la reunión que pautaron con agentes del FBI en las oficinas de su abogado, Juan Matos de Juan.
Como parte de esa cooperación, Delgado Montalvo grabó más de 12 reuniones con los contratistas municipales Santamaría Torres, dueño de Waste Collection, Island Builders, VIP Healthcare y otras; Raymond Rodríguez y Mario Villegas, dueños de JR Apshalt; y José Bou, dueño de BOU Maintenance.
Delgado Montalvo admitió que no grabó al exalcalde de Guaynabo, el único político que decidió mantener su inocencia hasta que se le pruebe lo contrario mediante juicio.
Durante su testimonio, explicó que, como exalcalde de Cataño, él era la máxima autoridad del municipio en cuanto a las contrataciones y usaba ese poder para beneficiar a sus donantes políticos. Nombró, por ejemplo, a Pedro Marrero Miranda a dirigir la oficina de Obras Públicas Municipales y miembro de la Junta de Subasta. “Después que tenga uno que me responda completamente a mí, sé que puedo manipular ese proceso de subasta”, comentó.
Sobre el clientelismo político, dijo que, “cuando tienes el poder de ser alcalde, hay gente que te ayuda en las campañas y tú los tienes que recompensar de esta manera dándole contratos”. Agregó que existía, entre estos empresarios y él, “un código de lealtad, se puede decir, entre las dos partes, que ninguno fuera a delatar la otra”.
La relación con Santamaría comenzó, de hecho, desde 2005, cuando ambos trabajaban en el Capitolio. Delgado Montalvo era empleado de la comisión de nombramientos del Senado, que en ese momento dirigía Erick Kolthoff hasta que renunció para ser juez asociado del Tribunal Supremo.
Detalla la influencia de Santamaría con Ángel Pérez
Santamaría Torres ejerció su influencia entre los alcaldes para favorecer a Pérez Otero en, al menos, dos instancias, relató Delgado Montalvo. Lo describió como “una de las personas que estuvo activo consiguiendo los votos” para que pudiera asumir la presidencia de la Federación de Alcaldes.
Narró, también, cómo el empresario convicto fue quien le pidió que contratara a la esposa de Pérez Otero, Liza Fernández, como asesora legal. Accedió a la petición, “para estar bien” con su amigo Santamaría Torres y su homólogo en Guaynabo.