El juicio contra el ahora convicto exalcalde de Guaynabo, Ángel Pérez, abrió a Puerto Rico una ventana para atisbar las turbias telarañas que tejen funcionarios y empresarios corruptos para aprovecharse de los millones de fondos públicos que los contribuyentes aportan, con la aspiración de que se inviertan en servicios de calidad y proyectos dirigidos a promover el bienestar del pueblo.