“¡Queremos justicia!”

Con pancartas en mano, retratos, globos blancos y camisas con la imagen de Gabriela Nicole Pratts Rosario, familiares de la joven asesinada el 11 de agosto realizaron una manifestación este jueves frente al Tribunal de Aibonito.

La madre de la menor y otros allegados entraron al centro judicial para presenciar la vista preliminar contra Elvia Cabrera Rivera, una de las imputadas por el crimen, pero al ser suspendida de inmediato salieron a expresar su sentir.

“Lo que pedimos es justicia, que pague el que tenga que pagar”, expresó Jennifer Rosario, tía de Pratts Rosario. “Solo pido justicia para mi sobrina”.

“No nos cansaremos. Aquí estaremos hasta lo último, hasta el final”, añadió mientras levantaba una cartulina con varios mensajes. Uno de los textos leía “Todo aquel que obra mal, al final le irá mal... Puede que en un principio las cosas le salgan como las haya planeado, pero tarde o temprano Dios se encargará de pasar factura, pues la justicia divina es algo de lo que nadie se puede escapar”.

Por su parte, Sigfredo Rosario, abuelo de la víctima, dijo que no podía describir el dolor que sentían y expresó estar confiado en un “100%” en que el caso se probará más allá de duda razonable.

“No la podemos tener para atrás. Queremos justicia”, manifestó el abuelo materno.

Por el crimen, Anthoneiska Avilés Cabrera, de 17 años, y su madre, Cabrera Rivera, de 40 años, enfrentan cargos de asesinato en primer grado.

Avilés Cabrera está pendiente de una segunda evaluación sicológica en octubre para determinar si puede ser procesada, mientras que la vista preliminar contra su madre fue pospuesta para el 17 de octubre.

Durante la manifestación de este jueves, José Rosario, tío abuelo de Gabriela, sostuvo una imagen de la adolescente con alas de ángel, mientras por momentos no podía contener el llanto.

“Nos rompieron el corazón, pero la conciencia de ellas... no podrán ser felices jamás”, afirmó José Rosario.

Añadió que “se tiene que hacer justicia. Esto fue injusto. Fue atroz”.

Pese a los atrasos en el caso, el tío de Gabriela se mostró paciente y confiado en el proceso judicial.

“Tenemos que esperar por el tribunal. Ellos son los que saben. Nosotros no somos abogados ni fiscales. Esperamos por el proceso y que se haga justicia para nuestra sobrina, nuestra hija, nieta, Gabriela Nicole. Toda la familia estamos unidos en esa posición”, apuntó.

Enfatizó en que “no estamos señalando a nadie. Queremos justicia por este suceso, que nos chocó a nosotros. Le ha pasado a otras familias, pero hoy nos tocó a nosotros. No se lo deseamos a nadie”.

“No estamos señalando a nadie. Las imputadas son las imputadas. Yo no las estoy imputando. Es la justicia”, comentó.

Con relación a las imputadas, indicó que “desde el primer momento hemos dicho que las perdonamos porque no tenemos el dedo acusador”.

“No venimos a juzgar a nadie, porque dejamos todo a la presencia del Señor, que las juzgue, y la justicia terrenal pasará factura a los que hayan sido. No estamos señalando a nadie”, acotó. “Solo estamos solicitando justicia al tribunal”.

La tragedia se reportó el 11 de agosto luego que dos menores de 16 años llegaran la hospital Menonita de Aibonito con heridas de arma blanca.

El personal del hospital alertó a la Policía tras recibir a los dos jóvenes, un hombre y una mujer. Poco después, Pratts Rosario falleció.

El crimen ocurrió en la intersección entre el desvío Roberto Colón y la carretera PR-14, cerca del casco urbano y a minutos del cuartel de Aibonito, según la Policía.

Según la investigación, los dos menores se encontraban en una actividad de cierre de verano auspiciada por el municipio y, al finalizar, caminaron hasta el mencionado lugar donde había un grupo de personas.

Acto seguido, de acuerdo con la pesquisa, surgió una discusión entre la hermana de Pratts Rosario y otra persona en el lugar. Durante ese altercado, la hermana de Pratts Rosario, también menor de edad, fue agredida, por lo que la víctima intercedió. Fue en ese momento cuando recibió, según la Uniformada, ocho heridas de arma blanca en diferentes partes de su cuerpo.

Por estos hechos, las dos imputadas enfrentan cargos de asesinato en primer grado y violaciones a la Ley de Armas. Se les fijó una fianza a cada una de $1 millón, la cual no prestaron, por lo que permanecen bajo custodia.