

22 de diciembre de 2025 - 2:52 PM

Un empleado transgénero de la Agencia de Seguridad Nacional está demandando a la administración Trump y buscando bloquear la aplicación de una orden ejecutiva presidencial y otras políticas que el empleado dice que violan la ley federal de derechos civiles.
Sarah O’Neill, una científica de datos de la NSA que es transgénero, está desafiando la orden ejecutiva del Día de la Inauguración del presidente Donald Trump que requería que el gobierno federal, en todas las operaciones y materiales impresos, reconociera solo dos sexos “inmutables”: masculino y femenino.
Según la demanda presentada el lunes ante un tribunal de distrito de Maryland, la orden de Trump “declara que es política del Gobierno de Estados Unidos negar la existencia misma de la señora O’Neill.”
La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
La orden, que reflejaba la retórica de la campaña de Trump para 2024, impulsó políticas que O’Neill también está cuestionando.
Desde la acción ejecutiva inicial de Trump, O’Neill afirma que la NSA ha cancelado su política de reconocimiento de su identidad transgénero y su “derecho a un lugar de trabajo libre de acoso ilegal”, al tiempo que “le prohíbe identificar sus pronombres como femeninos en comunicaciones escritas” y “le prohíbe usar el baño de mujeres en el trabajo.”
O’Neill sostiene que esas políticas y las órdenes que las respaldan crean un entorno laboral hostil y violan la Sección VII de la Ley de Derechos Civiles. El Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó en 2020 que la prohibición de discriminación por razón de sexo de la Sección VII se aplicaba a la identidad de género.
“Estamos de acuerdo en que la homosexualidad y la transexualidad son conceptos distintos del sexo”, afirma la opinión mayoritaria del tribunal. “Pero, como hemos visto, la discriminación basada en la homosexualidad o la condición transgénero conlleva necesariamente una discriminación basada en el sexo; la primera no puede darse sin la segunda”.
La demanda de O’Neill argumentaba: “La Orden Ejecutiva rechaza por completo la existencia de la identidad de género, por no hablar de la posibilidad de que la identidad de género de alguien pueda diferir de su sexo, lo que caracteriza como ‘ideología de género’”.
Además de que se le restituyan sus derechos y protecciones laborales, O’Neill reclama una indemnización económica.
Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.
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