

Durante la temporada de huracanes, la labor de pronosticar se convierte en un esfuerzo colectivo que involucra a profesionales altamente capacitados en centros de observación y pronóstico alrededor del mundo. Cada vez que vemos o leemos un pronóstico de trayectoria e intensidad de un huracán, estamos ante el resultado final de un proceso complejo y delicado, que integra múltiples capas de información, análisis de datos atmosféricos y oceanográficos, modelos numéricos, y la educación y experiencia de científicos. El fin del proceso es proteger nuestras comunidades, pues la prioridad es salvar vida y propiedad.
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