Algunas lenguas no se acentúan (ortográficamente), pero todas tienen acento prosódico. Acento es un aumento en la intensidad de una sílaba. Hay acentos enfáticos como: Este es SU Bocadillo, y de nadie más. También, dice Alba, tenemos acentos fijos, que en algunas lenguas siempre recaen en la misma posición (en francés y turco la última sílaba; en polaco la penúltima, en macedonio la antepenúltima y en checo en la primera sílaba). El acento libre, en cambio, es el que puede recaer en distintas posiciones dentro de la palabra (tiene tantas posibilidades como sílabas haya). El alemán, el ruso y el inglés son lenguas de acento libre. Y ¿cómo se caracteriza el acento español? Pues no es ni fijo ni libre. Es algo así como un estado libre asociado acentual, porque su libertad es limitada. La posición del acento español “solo es libre dentro de una ZONA acentuable que se circunscribe a las tres últimas sílabas de la palabra”. Así podemos distinguir [depósito, deposito, depositó]. Más allá de la tercera sílaba, nada que ver. ¿Las sobresdrújulas? Pues sepa que el español, dice Alba, no admite sobresdrújulas, salvo en palabras compuestas como en fácilmente (que si se fija tiene dos acentos, uno en la á y otro no marcado en la penúltima e). En lengua oral no hay que preocuparse pues los acentos salen felices de nuestras bocas hacia sus lugares. En lengua escrita no, como en la historia de aquel escritor que nunca se había preocupado por la correcta acentuación ORTOGRÁFICA, hasta que redactó un texto sobre maltrato y lo tituló “La violencia domestica”. Merece reflexión ese acento perdido. Profabocadillos@gmail.com
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