Quiero pensar y vivir en un país donde las diferencias no sean razón para la enemistad, sino una oportunidad para transformarlas en un proceso de diálogo, dice Joanne M. Rodríguez Veve
Quiero pensar y vivir en un país donde las diferencias no sean razón para la enemistad, sino una oportunidad para transformarlas en un proceso de diálogo, dice Joanne M. Rodríguez Veve
Nos hemos acostumbrado a la política de los dimes y diretes, de la garata, de quién es más bravito y guapetón a la hora de señalar las faltas ajenas. Nos habituamos a vivir en el conflicto y, por lo tanto, a crearlo continuamente. Parecería que no conocemos otra forma de convivencia que no sea la pugna constante. Y así, casi naturalmente, vivimos en medio de una guerra incesante donde los proyectiles mortales no son balas, sino ramilletes de palabras: insultos, burlas y humillaciones.
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