
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Si le dejamos pasar esta a la alcaldesa de Canóvanas, Lornna Soto —lo de querer nombrar un parque de recreación pasiva de su pueblo con el nombre de Ángel Luis Pérez Casillas—, su próxima ocurrencia podría ser que le pongamos el nombre de Víctor Fajardo al edificio del Departamento de Educación en Hato Rey. O el nombre de Carlos Torres Iriarte, mejor conocido por Carlos la Sombra, fundador de Los Ñeta, al complejo correccional de Las Cucharas. O que esperemos a que Angelo Millones cumpla su larga condena federal, se ponga también a trabajar en cualquier vertedero municipal de 8:30 a 5:00, deje de ser un “big shot” de la droga, lo declaremos rehabilitado y le pongamos su nombre a cualquier parque de Bayamón. Y, entonces, celebramos todos juntos minuflí, minuflá.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: