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En el ballet el Lago del Cisne, en su producción tradicional, la princesa transformada en cisne fallece al final. Nos sorprendió una variación donde, por el contrario, vive gloriosamente. Fue en 2007, en el “pequeño Bolshoi” en Moscú. Nos explicaron que era la versión soviética. A José Stalin le disgustó la muerte del cisne.
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