
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
¿Debería existir la oficina del comisionado residente en Washington, D.C.? Es una figura atípica, extraña, indigna y anti-democrática. Tiene derecho a hablar, pero no tiene derecho al voto y es una burda caricatura del derecho político fundamental a la representación. El componente crucial de la ciudadanía liberal-democrática es el derecho al voto y en situaciones donde el pueblo no tiene esta oportunidad, en el mejor de los casos son extranjeros en su propia tierra o (peor) sujetos coloniales.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: