Francisco Moscoso declara que, ante desastres, hay que tener un proyecto de sociedad más allá de las migajas de unos cheques de $500 o $1,200
Francisco Moscoso declara que, ante desastres, hay que tener un proyecto de sociedad más allá de las migajas de unos cheques de $500 o $1,200
El 30 de agosto de 1738, en plena temporada de tempestades naturales, un huracán azotó a Puerto Rico. Las descripciones de sus efectos sugieren que fue uno muy fuerte. El hecho fue tratado por los alcaldes Baltazar Montañez Mujica y Miguel Pizarro (entonces se elegían dos para alternarse en las tareas o por si uno enfermaba), y el teniente y regidor (concejal principal) José de Castro, con Francisco de Sotres fungiendo de escribano en la reunión del Cabildo de San Juan (ayuntamiento municipal) del 22 de octubre. Consta en las Actas publicadas por el Gobierno de la Capital en 1966.
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