El derretimiento del hielo marino abrirá un océano con inmensos depósitos de petróleo y gas natural, creará nuevas vías de comercio marítimo y facilitará la globalización en todos sus ángulos, escribe Jorge Bauzá-Ortega
El derretimiento del hielo marino abrirá un océano con inmensos depósitos de petróleo y gas natural, creará nuevas vías de comercio marítimo y facilitará la globalización en todos sus ángulos, escribe Jorge Bauzá-Ortega
El portavoz de Pentágono de los Estados Unidos, John F. Kirby, anunció, o más bien advirtió esta semana, que tienen los ojos puestos en las actividades rusas en el Ártico. Sucede que Rusia aumentó su presencia militar en el Polo Norte. Estamos hablando de movilización masiva de buques de guerra, instalaciones nuevas, movimiento de misiles. De inmediato me remonto a la época de la Guerra Fría (1946-1991), una guerra sin combate directo entre las partes. Liderada por los Estados Unidos en Occidente y la Unión Soviética en Oriente, fue más bien un combate tecnológico, político, económico y social por controlar los entornos en tierra, mar y espacio sideral.
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