Me escribe un lector angustiado. Leyó, no sé dónde, que no se puede decir detrás mío pues es un disparate. Mire, como decía María Vaquero, la lengua no es cuadrada, “se parece más al círculo y, cuando le parece, nos hace una morisqueta y rueda por el atrecho”. Y con esto de detrás mío la morisqueta anda como loca suelta provocando mucha vacilación por delante y por detrás suyo. A mi lector le digo: sí se puede decir detrás mío. Lo sé; los libros de español dicen que detrás mío es un error (por razones que no caben aquí). ¿Pero en realidad lo es? Los hablantes (cultos incluidos) están usando mío/mía sin sus valores posesivos (algo que le pertenece a usted). Además, el uso detrás mío se escucha hace tiempo por ahí. Estos usos los encontramos en escritores como Valle Inclán, Azorín, Unamuno y periodistas de aquí ¡y de todo el mundo hispánico! Y aquí en mi falda tengo el tomo 3.2 El pronombre, de la Gramática española, de Salvador Fernández Ramírez, escrita por el peso completo José Polo, quien nos advierte que los pronombres posesivos “exceden lo que suele entenderse por relación posesiva”. ¿Ejemplos? Al lado mío. Al frente mío. Esto es un asunto de usos coloquiales generalizados. Ya está bueno de decirle disparatera a la gente. Detrás mío no quiere decir que su trasero es suyo, aunque lo sea. Usted sabe.
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