El Departamento de Seguridad Pública es un embeleco que no funcionó y no funcionará, por lo que es hora de disolverlo, regresando a cada agencia su poder y manejo propio al servicio de nuestro país, escribe Eliezer E. Burgos Rosado
El Departamento de Seguridad Pública es un embeleco que no funcionó y no funcionará, por lo que es hora de disolverlo, regresando a cada agencia su poder y manejo propio al servicio de nuestro país, escribe Eliezer E. Burgos Rosado
Cuando un gobierno sea capaz de aceptar errores y tenga la voluntad de corregirlos, podremos hablar de progreso. Como ejemplo de esa falta de voluntad, el Departamento de Seguridad Pública (DSP) es un grave error, ha demostrado su ineficiencia y ha fracasado. Desde su creación, hemos podido ver el colapso de cada uno de los Negociados que lo componen. Una mirada a algunos de estos nos permite ver lo absurdo que resulta mantenerlo.
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