

La segunda fase de la iniciativa educativa contra el fraude de la Asociación de Bancos de Puerto Rico, “Es un pescao”, hizo un llamado especial a un sector específico de la sociedad: el de los adultos mayores. Y es que estos son más propensos a ser víctimas de las estafas. Lamentablemente, los adultos mayores no solo tienen que preocuparse de ser estafados por figuras externas, sino también por personas cercanas a ellos, como familiares, amigos, vecinos, etc. Esta situación se denomina explotación financiera y se define como el uso impropio de los fondos, de la propiedad, o de los recursos económicos de un adulto mayor o persona con impedimento por otra persona.
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