Leo Aldridge aborda la historia de tropiezos y éxitos de la jueza de cortes criminales de Brooklyn Evelyn Laporte
Leo Aldridge aborda la historia de tropiezos y éxitos de la jueza de cortes criminales de Brooklyn Evelyn Laporte
En 1973, Evelyn Laporte salió de Juana Díaz hacia Brooklyn con el sueño de ser azafata en una aerolínea transatlántica. Ya instalada en la gran ciudad, aunque viviendo precariamente, se ufanaba buscando en la sección de empleo del New York Times cualquier trabajo disponible que hubiera como aeromoza. Consiguió tres entrevistas, pero todas fueron – previsiblemente – un fiasco total. Evelyn no sabía ni una pizca de inglés.
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